Los centros penitenciarios extremeños están "sobresaturados", hasta tal punto que casi duplican la capacidad para la que fueron diseñadas. Y además el número de funcionarios que trabajan en ellas es "insuficiente" para una efectiva vigilancia de los reclusos. El resultado, según denunciaron ayer los sindicatos, es un incremento de la inseguridad en las dos cárceles existentes en la comunidad autónoma: la de Badajoz y la de Cáceres.

Según los últimos datos cerrados que ofrece la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias --dependiente del Ministerio del Interior--, correspondientes al mes de abril, entre ambos centros albergan a 1.463 reos. Alberto Ramajo, coordinador de Administración General del Estado de CCOO en Cáceres, estimó que la cifra actual es algo inferior, en torno a 1.426 internos. De ellos, 566 se encuentran en el centro penitenciario de Cáceres, "a pesar de estar acondicionada para atender a unos 300 presos", mientras que en las instalaciones de Badajoz hay otros 860 internos, cuando "deberían ser unos 500".

"La saturación es una constante tanto a nivel autonómico como nacional", coincide Diego Márquez, presidente autonómico del sector de prisiones de CSI-CSIF. "Se originan problemas de espacio y en la clasificación de los internos, lo que da lugar a que presos con cierta peligrosidad y trayectoria delictiva convivan con otros que tienen penas menores. Esto es negativo, porque hay una influencia nociva sobre los penados por delitos leves y además aumenta el riesgo en la integridad de estos últimos", explica.

Por otro lado está la carencia de funcionarios. De acuerdo con las estimaciones de CSI-CSIF, el centro de Badajoz trabaja con una media de 35 vigilantes, mientras que en Cáceres existen una veintena. Esto da lugar a situaciones en las que uno o dos funcionarios deben hacerse cargo a un módulo de 150 internos, "lo que supone un descontrol para posibles casos de peleas".

CRECIMIENTO DESIGUAL Para CCOO, la gestión de Instituciones Penitenciarias está siendo negativa: "mientras en los últimos años la población penal se ha incrementado en un 40% --hasta alcanzar los 75.000 reclusos a nivel nacional--, el personal penitenciario apenas ha superado un crecimiento del 15%". Ello ha provocado la falta de trabajadores en "todas las prisiones españolas para programas de intervención, tratamiento, inserción y vigilancia", según denunció Ramajo, que aseguró que se ha producido un aumento de las agresiones dentro de este tipo de instalaciones. "Más del 30% de los accidentes laborales se producen por agresiones", estimó el dirigente sindical. Diego Márquez calcula que lo aconsejable sería que cada cárcel contase con entre 8 y 10 funcionarios por cada 150 presos. Es decir, Cáceres debería disponer de al menos una treintena de trabajadores y Badajoz, con cerca de medio centenar.

Desde CCOO consideran que, en este incremento de la violencia, además del exceso de población reclusa y las carencias de funcionarios, también ha influido la cada vez más elevada presencia de internos con patologías psiquiátricas.

Por este motivo este sindicato ha convocado concentraciones frente a todos los centros penitenciarios españoles --excepto los de Cataluña, comunidad autónoma que tiene asumidas las competencias en esta materia-- para los días 9 y 23 de julio y el 13 de agosto. Según expuso Ramajo, en Cáceres y Badajoz serán a partir de las 11.00 horas con el objetivo de protestar por la "nefasta" gestión que está realizando Instituciones Penitenciarias durante los últimos años.

RETICENCIAS SINDICALES Sin embargo, la cita ha sido acogida con frialdad por otros sindicatos. Desde CSI-CSIF Extremadura advierten que, aunque comparten los motivos de la convocatoria, están estudiando si la respaldarán o no "porque CCOO ha actuado de forma unilateral y creemos que no es el mejor momento para movilizaciones dado que existen negociaciones en marcha en Madrid que podrían verse perjudicadas por estas protestas".