Tranquilos pero preocupados. Esta es la sensación que resume el estado actual de los más de 700 trabajadores de la Siderúrgica Balboa después de las palabras del consejero delegado del Grupo Gallardo, Juan Sillero, acerca del daño que está provocando el aumento de la factura eléctrica y la crisis económica a la empresa, y a la posibilidad de presentar un expediente de regulación de empleo. La reacción de los sindicatos no se ha hecho esperar. Desde CC.OO. y UGT advierten con rotundidad que no aceptarán que sean los trabajadores quienes "paguen el pato" de la situación económica actual, al mismo tiempo que consideran que la planta no pasa por un momento tan delicado como para empezar a hablar de reducir su plantilla.

El Grupo Gallardo lanzó ayer un mensaje de tranquilidad a sus trabajadores, y reiteró que por el momento no tiene voluntad de presentar ningún expediente de regulación de empleo, aunque advierte de que no habrá otra alternativa si la evolución de los costes de producción no mejora. Este mismo mensaje fue transmitido al Comité de Empresa de Siderúrgica Balboa por parte de representantes de la empresa, reunido ayer tras conocer las "preocupantes" palabras del consejero delegado. El presidente de dicho comité, Rafael Rastollo, confirmó a EL PERIODICO este mensaje tranquilizador para el resto de los compañeros trabajadores. "Nos han dado un voto de confianza para que no nos preocupemos de momento, a largo plazo no sabemos qué pasará", señaló el representante de los trabajadores.

No obstante, reconoció que en los últimos meses la actividad de la empresa se ha reducido notablemente. "La venta ha bajado, antes fundíamos 24 horas y actualmente lo hacemos de doce de la noche a diez de la mañana". A pesar de esta reducción de la demanda, y que se calcula que la factura eléctrica ha aumentado un 50% desde la liberalización en julio de las tarifas de alta tensión --el resto se producirá el 1 de enero del 2009-- los sindicatos extremeños no consideran que el Grupo Gallardo esté atravesando una situación tan complicada como para empezar a hablar de reducir la plantilla de la siderúrgica, que está formada por unos 700 trabajadores.

Desde UGT, el secretario general Miguel Bernal aseguró que no aceptará que "ante una merma de resultados quienes paguen el pato sean los trabajadores". Aunque reconoce que el incremento de la factura eléctrica afecta negativamente a la competitividad de la empresa, subraya que no lo hace de tal forma que justifique ningún recorte en el empleo o en las condiciones laborales de los trabajadores.

Desde CC.OO., sindicato mayoritario en el Comité de Empresa de la siderúrgica, el secretario general de la Federación Minerometalúrgica en Extremadura, Melitón Rodríguez, advierte en esta misma línea que no admitirán un expediente de regulación de empleo, entre otras razones porque "no se trata de una empresa que esté atravesando por una situación de pérdidas".

En su opinión, la empresa ha planteado su situación a la Junta de Extremadura para que presione al Gobierno central y se oponga a una política energética que "deja mucho que desear".