El cuarto y último contingente del Regimiento de Infantería Castilla de la Brigada XI, encabezado por el coronel Nicolás de Bari Millán Cruz, jefe de la agrupación española en Kosovo, aterrizó a las 17.05 horas de ayer en la base aérea de Talavera la Real.

Nada más salir del avión, el contingente al completo, formado por 127 efectivos que partieron de Badajoz a finales de enero, fue recibido por el general José Ignacio Medina Cebrián, jefe de la Base General de Menacho en Bótoa. Por su parte, el coronel de Bari Millán declaró que "la situación de Kosovo ahora es francamente buena, teniendo en cuenta el conflicto ocurrido hace tan solo siete años".

La misión desarrollada por los militares españoles ha consistido fundamentalmente en proporcionar estabilidad a la zona para crear un marco general de paz. Además, se han ocupado de facilitar el retorno de todos aquellos que tuvieron que abandonar sus hogares y garantizar su libertad de movimiento, así como forjar un ambiente que permita un desarrollo de paz, prosperidad y estabilidad.

Asimismo, el coronel de Bari Millán afirmó que las relaciones han sido magníficas "tanto con la mayoría albanesa como con los miembros minoritarios de origen serbio". En este sentido, los militares han intentado favorecer la integración de estos últimos para que participen en el futuro de la región".

La labor humanitaria de los extremeños se ha centrado principalmente en el campo de la educación, mediante la impartición de los cursos Cervantes para niños, otros de español para adultos, clases de educación vial y apoyo a los colegios, ayuda que ha sido recibida con especial satisfacción por toda la población.

Respecto al atentado que costó la vida a un soldado español en Afganistán, de Bari Millán destacó que, "cuando ocurre algo así, compartimos el sentimiento por la pérdida porque nos sentimos como una gran familia".

Este contingente entrega el testigo a una unidad del ejército procedente de Zaragoza.