La pelota está en el tejado del Ministerio de Industria. Desde allí es únicamente desde donde se puede parar el cierre de la mina de Aguablanca de Monesterio. Los secretarios generales de UGT y CCOO Extremadura, Francisco Capilla y Julián Carretero, así como el alcalde de Monesterio, en representación de las instituciones, coincidieron en este encargo contundente hacia el Gobierno de España, ante las más de 2.000 personas que se concentraron ayer en la calle Templarios de Monesterio para mostrar su solidaridad con los trabajadores y trabajadoras del yacimiento de níquel, que desde este viernes, fecha en la que acaba de presentarse el ERE extintivo de la empresa, cuentan con un mes para conservar sus puestos de trabajo.

"Hoy Monesterio rebosa solidaridad". Con esta frase inició su intervención el secretario general de UGT, Francisco Capilla. "Ayer se materializó por parte de la empresa el acto más vil, la traición más miserable que se podía esperar", una decisión "injusta, porque no existen motivos para cerrar Aguablanca". Para el máximo responsable de UGT Extremadura, la solución la tiene el Ministerio, "y si el Gobierno Central consiente que esto ocurra en Extremadura, el señor Soria es cómplice de lo que está ocurriendo en nuestra región". Capilla exige la "inmediata declaración favorable de impacto ambiental". Del mismo modo, el dirigente sindicalista arremetió contra la empresa Río Narcea, "que ha mentido vilmente a los trabajadores", sometidos a un ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo), a la espera de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), que resolviera la continuidad de la explotación mediante galerías subterráneas. "Si hace tres meses Aguablanca era viable, hoy siguen siéndolo", expresó Capilla, para quien las movilizaciones no han hecho más que empezar. "Si hace falta habrá que atarse a las puertas del Ministerio para que Aguablanca no se cierre", concluyó.

El secretario general de CCOO, Julián Carretero, abundó en la necesidad de aunar voces, para que "el eco de nuestra reivindicación llegue a los destinatarios principales de esta situación: la empresa y el Ministerio de Industria". Carretero que tacha a la empresa de "multinacional sin alma, con ansias de explotación de recursos que pertenecen al pueblo extremeño y andaluz", considera que a esta decisión empresarial no puede añadirse la de "un Gobierno sin alma, que es quien tiene la competencia para impedir de verdad el cierre de Aguablanca". Julián Carretero pide al ministro Soria que no se deje "ningunear por la multinacional", lo que supondría "además de una dejación de funciones y una irresponsabilidad política, traicionar a su pueblo". Eloy Sánchez, presidente del comité de empresa, puso voz a los trabajadores y trabajadoras afectados por el cierre. Tras agradecer el apoyo recibido por instituciones, asociaciones, ciudadanía y a todos los propietarios de establecimientos públicos que cerraron sus puertas durante la concentración como muestra de solidaridad, puso de manifiesto que "la caída de la mina se llevará por delante muchos puestos de trabajo". El cierre de la explotación, explica Sánchez, "supondrá un grave perjuicio para la economía de una comarca muy necesitada de industrias que garanticen su desarrollo". Sánchez mantiene la viabilidad de la explotación y pide hacer "frente común" para evitar el cierre y obligar a la empresa a que continúe con la explotación.

APOYO INSTITUCIONAL El alcalde de Monesterio, Antonio Garrote, acompañado por los alcaldes de El Real de la Jara, Cala y Santa Olalla, en nombre de las instituciones que han hecho suya la declaración institucional, -que tras su aprobación por todos los grupos políticos en el ayuntamiento de Monesterio, ha sido ratificada por mayoría absoluta y sin fisuras políticas en ayuntamientos, mancomunidades, diputaciones, y hasta en la Asamblea de Extremadura-, considera que "es esencial que para que los habitantes de las poblaciones extremeñas y andaluzas afectadas no tengan que dejar sus pueblos existan empresas cuya responsabilidad social esté por encima de la financiera".

La concentración convocada por las centrales sindicales en contra del cierre de la mina resultó todo un éxito. Al apoyo recibido por los trabajadores y trabajadoras desde ayuntamientos, mancomunidades, diputaciones, Asamblea de Extremadura y de todos los partidos políticos, se sumaron las voces de la sociedad de toda una comarca, que con su masiva presencia testimonia la solidaridad de los ciudadanos de municipios extremeños y andaluces con las cuatrocientas familias afectadas por el inesperado anuncia de cierre de la mina. La concentración, de algo más de una hora de duración, se cerró con el emotivo himno a Santa Bárbara.