Más de 20.000 extremeños realizan alguna actividad de voluntariado en el centenar de oenegés que trabajan en la región. Extremadura es una región solidaria y con una larga trayectoria de ayuda, aunque el futuro de la actividad pasa por mejorar la coordinación entre todas las organizaciones, aunar esfuerzos, definir un nuevo marco legal que contemple las nuevas tendencias y también crear un observatorio del voluntariado desde el que poder hacer un seguimiento permanente de la actividad y definir una estrategia con la que maximizar los recursos disponibles. Esa es una de las principales reivindicaciones que estará sobre la mesa en la conmemoración del Día Internacional del Voluntariado, el próximo 5 de diciembre. La jornada es, además, un día de agradecimiento a todos aquellos que hacen de la solidaridad una forma de vida.

"Ante situaciones de crisis y de catástrofes se comprometen las personas que tienen algún tipo de implicación con el problema, pero el voluntario es mucho más que eso porque no se compromete porque tenga una vinculación con el problema, sino porque tiene muy claro que debe dar un paso al frente", aclara el presidente de la Plataforma del Voluntariado de Extremadura, Jesús Gumiel. Destaca la gran estabilidad de las organizaciones solidarias de la región, que no solo no han desaparecido en los años de crisis, sino que se han reforzado con implicación ciudadana más que con aportaciones de las instituciones, que se han reducido en los últimos años.

Los mayores

El perfil de voluntario extremeño ha cambiado en los últimos años. Si entonces las mujeres mayores eran las que se ocupaban fundamentalmente de las acciones solidarias ahora las cifras se han equiparado y con la incorporación del hombre. De hecho, las personas mayores de 65 años y los jóvenes por debajo de 35 años son el principal activo de las oenegés extremeñas; los mayores porque disponen de un bagaje en la vida y de unos conocimientos que son de gran ayuda; mientras en en el caso de los jóvenes, a la formación académica se une la disponibilidad de tiempo. Muchos de los que se implican se encuentra en situación de desempleo o con un empleo eventual, y entregan el tiempo disponible a otros, con acciones solidarias. De hecho, la participación activa en las oenegés se reduce cuando los jóvenes inician su proyecto de vida.

La situación económica ha generado que personas que nunca antes se había interesado por el voluntariado se hayan sumado a colaborar. "En ocasiones acuden sin una orientación, solo que quieren ayudar", destaca Gumiel que cree que es "fundamental" que exista en las oenegés la figura del coordinador de voluntarios, con el fin de que "les oriente, le dé la formación y les guíe, porque si no acaban por desencantarse", dice.

Según los últimos datos proporcionados por el Barómetro del CIS, en noviembre de 2013, casi un 6% de la población española formaba parte de alguna organización, aunque sólo la mitad lo hacía activamente. "Los datos son extrapolables a Extremadura", explica Santiago Cambero, profesor de Sociología de la Universidad de Extremadura. Y ya apenas hay diferencia entre el porcentaje de participación de hombres y de mujeres, aunque ellas participan el doble en asociaciones de ayuda o caridad, y ellos lo hacen en las de empresariado; colegios profesionales; y partidos políticos.

Un observatorio

El tercer sector goza de una gran aceptación social. "La crisis de confianza de partidos políticos y sindicatos generada en los últimos años no está afectando a las oenegés, que están muy reforzadas, y eso las convierte en un agente de cambio social muy importante", dice Cambero, que también incide en el "importante trabajo" que estas entidades han desempeñado en los últimos en aquello a lo que no llegan las instituciones: pobreza, exclusión social, enfermos, adicciones, reclusos...

El día del voluntariado será este año una jornada en la que abordar el principal retos de futuro que

adscrito a la plataforma extremeña del voluntariado. Es una demanda en la que coinciden tanto Gumiel como Cambero, que sitúan esta herramienta como la clave para trabajar de forma más eficiente. Lo que plantean es un espacio de análisis de la situación del voluntariado de la región, con el fin de realizar un diagnóstico detallado y canalizar de forma más ordenada todos los esfuerzos y recursos de las distintas oenegés. Además permitirá detectar las nuevas tendencias de voluntariado y definir una estrategia con una serie de objetivos y de informes que fundamenten la toma de decisiones.

No existe nada de estas características en ninguna región --Andalucía tiene algo similar ligado a la universidad--, pero su puesta en marcha en Extremadura "permitiría que no se solaparan actividades de las distintas oenegés y definiría dónde se está fallando", defiende Gumiel. Aunque se hable de crear un organismo, desde la plataforma del voluntariado matizan que su funcionamiento "no requiere grandes recursos" sino simplemente dos profesionales adscritos a la plataforma pero con financiación pública.

Además piden que se actualice el marco legal del voluntariado en la región, en consonancia con el texto aprobado por el Gobierno central hace un mes. El propósito es que incluya las nuevas tendencias, y su reconocimiento como un derecho que debe estar presente en las primeras etapas educativas.