El concepto de contrato indefinido, las connotaciones que, a priori, implica esta expresión, han cambiado considerablemente en la última década. Si antes optar a un puesto de este tipo suponía gran estabilidad y un sueldo decente, ahora los empleados que acceden a esta categoría no están a salvo de la precariedad. «Es el neolenguaje al que nos quieren adaptar: se mantiene la palabra pero se desvaloriza su significado», expresa Miguel Coque, secretario de Formación y Empleo de CCOO. La reflexión sirve para hacer balance del mercado de trabajo durante el último año: sólo el 3% de los contratos que se firmaron en 2016 en Extremadura fueron indefinidos (20.514 del total de 606.255, según los datos acumulados que recoge el INE), pero dentro de ese ya de por sí bajo porcentaje se incluye el nuevo modelo de fomento del emprendedor (otro punto más de la reforma laboral aplicable solamente a empresas de reciente creación), una fórmula que supone un periodo de prueba de un año y despido libre, aunque se trate de un puesto indefinido.

Si bien es cierto que a nivel nacional los contratos que han pasado de temporales a fijos han crecido en torno al 10% en los últimos doce meses, en Extremadura la cifra que estos representan sigue siendo mínima. Y, además, los sindicatos critican que gran parte de ellos se han firmado bajo esa nueva fórmula que consideran precaria; los empresarios, sin embargo, la alaban como casi la única opción posible para arriesgarse a hacer nuevas contrataciones.

NEGOCIACIÓN UNILATERAL / «Se le da todo el poder a las empresas para que la negociación sea unilateral, para que los trabajadores no tengan ningún derecho, mientras que para la empresa existe máxima flexibilidad. Además, en ocasiones ocurre que el empleado, que suele tener un perfil joven, hace una cesión de lo que le correspondería de prestación por desempleo para redondear un sueldo que cuesta que sea decente. Porque en el nuevo concepto de indefinido, los salarios no son nada aceptables», manifiesta Coque. Y añade: «Como dato significativo hay que destacar que antes de la reforma laboral, el 98% de los despidos eran improcedentes, después de la reforma, el mismo porcentaje es el que ahora corresponde a los procedentes».

Desde UGT, el secretario extremeño de Formación y Empleo, Teodoro Casares, apunta que si ya de por sí la alta temporalidad en un grave problema en la región, «ahora la precariedad empieza a asentarse en los puestos indefinidos». «Es cierto que para los empresarios -continúa- es una herramienta que facilita la contratación, pero es que se está produciendo un abuso y no un uso lógico de esta fórmula de fomento del emprendedor y, cuando pasa ese año de prueba, el trabajador va a la calle y sin ningún tipo de indemnización».

Casares añade que además de este modelo, «el peligro también reside en que hay puestos catalogados como fijos de tres o cuatro horas a la semana, de manera que se maquilla la realidad de un concepto que va perdiendo las connotaciones positivas que siempre se le han atribuído». Casares recuerda que Extremadura tiene un 28% de paro: «Y el empleo que se está creando es de malas condiciones».

LA VISIÓN EMPRESARIAL / Desde la otra perspectiva expresa su opinión Javier Peinado, secretario general de la Confederación Empresarial Regional Extremeña (Creex). «El objetivo fundamental de esta reciente fórmula es que las nuevas empresas, que son las que pueden usarla, pierdan el miedo a la contratación, y para ello hay que facilitar que si no se puede asumir económicamente ese nuevo puesto, el despido no tenga que ser ni improcedente ni objetivo, sino una decisión unilateral del empresario», expresa.

«Para nosotros la contratación fija tiene muchas más ventajas, porque son más baratas las cotizaciones a la seguridad social y fidelizas al trabajador porque adquiere mayor destreza y aprendizaje. Pero el problema reside en un posible cese de contrato que, por lo garantista que todavía es nuestro ordenamiento jurídico en derecho del trabajo, existen muchas dificultades y reticencias, y por eso hay que crear fórmulas para animar a los emprendedores». Hostelería, agricultura y ganadería y tímidamente la construcción son las áreas donde se están creando esos nuevos puestos.

«La modalidad de contrato no es un capricho del empresario, obedece a la coyuntura del sector en el que se desarrolla la actividad», subraya Peinado.