Un señor tiene una vivienda que vale 200.000 euros y paga los siguientes deudas por distintos conceptos: una hipoteca de 60.000 euros por la que paga 480 euros al mes a la que le queda un plazo de 15 años; un préstamo personal de un coche de 10.000 euros, del que debe pagar aún durante 3 años y por el que desembolsa 313 euros al mes; y otro préstamo para pagar una cocina de 7.000 euros, con una cuota de 219 euros y tres años para hacerlo. Por todo ello, este individuo afronta cada mes 1.012 euros de gastos de estos préstamos.

Con esa situación, acude a una empresa que presta servicios para reunificar las deudas. Allí, le ofrecen un solo pago aglutinando todas ellas a 30 años y, teniendo en cuenta los honorarios del intermediario entre el cliente y el banco (es decir, estas empresas), la cuota final al mes puede caer a 480 euros.

Ese es un ejemplo real y válido para conocer cómo trabajan las empresas que se dedican a reunificar las deudas. "No es magia, es alargar la vida de los préstamos, la gente solo sabe que paga menos, la gente solo pregunta la cuota, pero desconoce el detalle de las operaciones", apunta a este periódico un experto en la materia.

La letra pequeña

Además, aclara que el cliente también debe pagar comisión de cancelación de la hipoteca que cancela, y de los préstamos personales, entre otras cosas.

En la mayoría de operaciones de reunificación de deuda intervienen tres partes: los clientes, un intermediario (las empresas que prestan los servicios) y un banco. El intermediario le vende al cliente una solución de agrupar sus créditos en uno solo y por ese servicio le cobra lo que estima oportuno, porque no esta regulado, pero la media que se cobra por una operación normal oscila entre los 3.000 y los 5.000 euros.

Además, no hay que olvidar otra serie de gastos legales, tales como entre 500 y 700 euros del notario; unos 300 euros por cancelar la hipoteca y otros 500 por hacer una nueva; o los entre 500 y 700 que cobra el banco por las gestiones.