Sobran dentistas, o mejor dicho, faltan pacientes. Extremadura es, después de Ceuta y Melilla, la comunidad donde los ciudadanos visitan menos al odontólogo. Solo el 34% de los extremeños se preocuparon por su salud bucodental en el último año, lejos del 50% de asistencia de los baleares y el 49% de los vascos.

A pesar de estos datos, los extremeños son cada día más conscientes de la importancia de la salud bucal, que ha mejorado bastante en los últimos años, sobre todo entre la población infantil y juvenil; pero sigue siendo escasa, especialmente entre los adultos y la tercera edad. Aunque la asistencia está muy vinculada al nivel socioeconómico de la región y su renta per cápita, lo cierto es que "se trata más de un problema de educación sociosanitaria", explica el presidente del Colegio Oficial de Dentistas de Extremadura, Joaquín de Dios Varillas. "La población tiene que ser consciente de que es más barato ir al dentista a una revisión anual que acudir solo cuando tiene un problema específico".

Con esta escasez de pacientes no es de extrañar que cada vez más profesionales estén en el paro. Si a esto se añade el rejuvenecimiento de un sector en el que las jubilaciones son escasas, y el espectacular incremento de dentistas, que han crecido en la región un 60% en los últimos diez años, el sector comienza a preocuparse y a cambiar de rumbo. Pese a todo, Extremadura solo tiene 34 odontólogos por cada 100.000 habitantes, frente a los 57 de media en el país, según un estudio del Consejo de Dentistas.

Como en el resto de autonomías, la razón principal del aumento de profesionales está en el desarrollo de la formación sin control. Las universidades que ofertan esta titulación --que no se imparte en Extremadura-- han crecido un 90% en los últimos 20 años y la presencia de profesionales extranjeros un 20% en el país. Hace una década existían 236 dentistas en la región; el año pasado eran 379. Y para los próximos diez años se espera un crecimiento del 50%. Esta situación comienza a cambiar el modelo de negocio de estos profesionales. "Ahora los jóvenes ya no montan su consulta como primera opción como se hacía antes porque ya no tienen pacientes; trabajan como asalariados en franquicias o se marchan al extranjero en busca de futuro", explica De Dios Varillas.

Detrás del incremento del número de profesionales bucodentales en Extremadura está también la incorporación de la mujer en el sector. Con menor presencia hace algunos años, hoy se está igualando. "En Cáceres curiosamente existen el mismo número de dentistas mujeres que hombres, según un estudio que realizamos hace poco tiempo", comenta el presidente. A nivel regional son el 39,3% las mujeres que poseen el título de dentista en Extremadura, la media nacional es del 44%. Y dentro de unos años liderarán ellas, puesto que "en las facultades ya hay más población femenina", recuerda De Dios.

Con estos datos, los retos principales del sector pasan por acercar la frecuentación al dentista a la media europea --que se sitúa en torno al 70%--; fomentar las campañas públicas de salud y, aunque consciente De Dios de las limitaciones económicas, implementar más programas de atención bucodental, "como se ha venido haciendo con personas con discapacidad, niños y ahora embarazadas, porque en salud bucodental, queda mucho por mejorar", y la asistencia generalizada sigue siendo inviable. "Sería un coste inasumible, pero pequeñas aportaciones resultarían bastante útiles", explica. Son las claves para sostener el sector y, principalmente, mejorar la salud de los extremeños.