Hace 28 años el investigador emeritense Víctor Rosas, profesor de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Complutense de Madrid, iniciaba un largo camino hacia su sueño, que no era otro que el de parir una idea, un sueño. Y es que Rosas estaba convencido de que era posible mejorar los actuales sistemas de seguridad alimentaria a través de un simple proceso químico.

En junio abría sus puertas la empresa Decantum Systems, ubicada en el Parque Científico de Tres Cantos (Madrid) y cuya finalidad es comercializar esas decenas de proyectos que desde hace años ha ido desarrollando en solitario. Esta planta se ha instalado en Madrid y no en Navalmoral de la Mata --como le propuso la Junta a través de Fomento de Emprendedores-- por motivos estrictamente laborales, puesto que Tres Cantos está a pocos minutos de su universidad.

En el último año, y con la ayuda de dos exalumnas de la universidad y el apoyo económico de "mucha gente que confió en esta idea", Rosas ha desarrollado hasta 31 sistemas que, según él, "permiten mejorar la calidad y seguridad alimentaria del consumidor".

Aislar sustancias

Se trata, en síntesis, de lograr aislar las sustancias contaminantes de las originales, algo en lo que actualmente se tarda aproximadamente un día y que con su sistema --que se comercializa a través de kits de 20 aplicaciones-- puede lograrse en apenas una hora de forma más sencilla e incluso con mayor exactitud.

Los productos se venderán a través de la multinacional Vitaltech Iberica, primero en España y posteriormente en el resto de Europa antes de intentar dar el salto a Estados Unidos. De momento, Rosas ya ha presentado sus proyectos "con gran éxito" a algunas comunidades --Extremadura, Madrid, Castilla y León y Castilla-La Mancha-- y a partir de septiembre llegarán a otras regiones y ferias.

Pero todo esto puede ser sólo el principio. Tras haber desarrollado estos kits de seguridad alimentaria Rosas pretende ampliar el campo de actuación y aplicar el mismo método en otros ámbitos. Se trata, por ejemplo, de la detección de cualquier tipo de drogas en la saliva y la orina, de la presencia de productos dopantes o incluso de hacer una autopsia sin abrir el cadáver a través de la extracción de un pequeño trozo de hígado.