Entre 2015 y lo que llevamos de 2017, la Consejería de Economía e Infraestructuras ha realizado más de novecientas inspecciones en gasolineras de la región. Ninguno de estos procedimientos ha acabado en multa, de acuerdo a la información facilitada por este departamento. «A nosotros nos interesa más que a nadie que todo esté correcto», esgrime Fernando Mena, presidente de la Asociación Regional de Empresarios de Estaciones de Servicio de Extremadura (Aresex), para explicar el que no se haya aplicado ninguna medida sancionadora.

En la región hay actualmente 444 estaciones de servicio. El principal aspecto que se verifica cuando se inspecciona alguna de ellas es la metrología. Se trata de controlar que no hay errores en la cantidad de combustible que se expende y comercializa en cada surtidor. «Todos los años tenemos que hacer un control de metrología obligatoriamente, es algo que está muy protocolizado: viene un técnico de la Dirección General de Industria y un mecánico autorizado, y hacen una comprobación de que todo está correcto», precisa Mena. «Una vez que está comprobado se precintan los contadores y así quedan hasta el año siguiente en que se vuelven a comprobar», apostilla.

Conforme a los datos facilitados por la Junta, en un 20,17% de las 342 inspecciones por metrología llevadas a cabo en el 2015 se detectó algún defecto, porcentaje que en el 2016 y en el 2017 se ha situado en el 23,47% y el 15,78%, respectivamente. No obstante, desde la consejería se puntualiza que «los defectos metrológicos detectados en las verificaciones realizadas se centran en mediciones puntuales fuera de rango de los surtidores, los cuales son corregidos durante la visita de inspección, quedando el surtidor apto para su uso».

Únicamente en un 2,9% de las inspecciones de estos tres ejercicios fue necesario precintar los dispensadores, que no se pusieron en funcionamiento de nuevo hasta que no se efectuaron las correcciones oportunas. Sin embargo, en ninguno de estos casos fue necesario aplicar medidas sancionadoras.

Mena incide en que los responsables de las estaciones son los primeros interesados en que las inspecciones no se retrasen y se hagan en su momento. «En todos los surtidores hay una pegatina en la que se dice hasta cuándo vale la inspección que te han hecho, de forma que puedes tener quejas si pasa más tiempo. Nos interesa que vengan en la fecha que corresponde», explica. Además, añade, si hay desajuste este puede ser en cualquiera de los dos sentidos. «Incluso, a veces te hacen un favor porque estás echando de más», sostiene.

En el ámbito de la seguridad industrial, en estos tres años se han realizado 39 inspecciones, y solo en dos de ellas se apreciaron defectos, subsanados en ambos casos, por lo que tampoco aquí dieron motivo a sanciones. «Una incidencia en una gasolinera es cara y complicada. Se colabora mucho con Industria y preferimos que venga y nos diga qué es lo que hay que hacer y qué es lo que no antes de que pase nada, no ya solo por las sanciones, que son elevadas, sino por la que pueda ocurrir».