Los datos de la EPA salieron el jueves y los populares se subieron en ella como a una tabla de windsurf. En esta coyuntura, y con unas elecciones a la vuelta de la esquina, no hay nada peor que unos malos datos de desempleo, pero si son buenos resultan todo un espaldarazo cara a las urnas de mayo. La nueva Encuesta de Población Activa aleja los malos augurios de la oposición, cuando señalaba que llegaríamos a los 200.000 parados en Extremadura con las políticas de Monago. Con los datos que arroja, la región no sólo baja hasta los 140.300 desempleados (7.400 menos que el trimestre anterior y 32.200 menos que hace un año) sino que, encima, con una tasa de paro registrada del 27,6%, deja atrás a comunidades tan emblemáticas como Andalucía, que sigue estancada en el 35,2%, siendo el parangón del PSOE de Susana Díaz, o a Castilla-La Mancha, que se sitúa en el 28,4%, siendo en este caso el espejo del PP de la todopoderosa María Dolores De Cospedal.

Y es que aunque este trimestre suele ser bueno para el empleo, dado que se recogen los datos de la actividad agroindustrial o de las labores agrícolas como la vendimia, no siempre ha sido así. En 2008 y 2012 subió el paro en estos meses, pero es que, encima, esta vez el sector de la agricultura ha sido el único que ha experimentado un alza de desempleo. Baste decir como resumen que, como asegura el informe de la EPA, se trata de los mejores resultados de un tercer trimestre del año desde que comenzó la crisis en el 2007 y confirma una tendencia descendente por sexto trimestre consecutivo.

Ojo, la cosa no es para echar las campanas al vuelo. De hecho, desde el Gobierno se ha mostrado una alegría contenida. Sigue habiendo 140.300 personas sin trabajo en Extremadura y eso continúa siendo un drama. Pero si se tiene en cuenta que en el primer trimestre de 2013 había 184.100 desempleados nada menos y se decía que íbamos camino del desastre, un servidor entre ellos, es para alegrarse como, de hecho, se encargó de señalar el líder de la oposición, Guillermo Fernández Vara, el pasado jueves en el Parlamento. Porque con una tasa de paro del 35,6% que teníamos entonces, si se suma que Extremadura es una Comunidad de poco más de un millón de habitantes, no teníamos futuro.

Es verdad que sigue habiendo una alta temporalidad, y también habrá que reconocer que una alta precariedad como se han encargado de denunciar desde la oposición y los sindicatos, pero ambas circunstancias son consecuencia, entre otras cosas, de la alta tasa de parados que tiene no sólo Extremadura, sino España en general. A índices de desempleo muy altos, la precariedad campa a sus anchas porque la legislación lo permite, todo hay que decirlo, pero también porque el trabajador acepta un mal empleo antes que continuar en desempleo. Con una tasa de desempleo bajo, unas condiciones de trabajo insuficientes no encuentra demandantes. Sin embargo, habrá que señalar que aunque este trimestre sólo se han registrado 300 contratos indefinidos, la tasa de temporalidad se ha rebajado en líneas generales hasta el 38,8%, un porcentaje que no se veía desde 2008.

Ya se sabe que las encuestas, si se maltratan, acaban diciendo lo que uno quiere, pero los datos fríos sólo arrojan una verdad. Y en este caso, no se puede negar un cambio de tendencia, al menos por ahora, lo que resulta un éxito. Porque llegar al final de legislatura con datos solventes es necesario para cualquier Gobierno si aspira a revalidar unas elecciones. Mejorar el déficit o hacer crecer la economía puede tener su recompensa, pero en una coyuntura de crisis como ésta si no hay empleo, no hay respaldo. Así de simple.

Si el PP podía temer hace un año llegar al final de legislatura con más parados de los que se encontró, ahora podrá decir lo contrario si todo sigue así. Las cifras le acompañan y las previsiones también. De momento, sus portavoces ya se han encargado de decir que hay 1.000 parados menos que en diciembre de 2011, que es cuando se agotó el presupuesto que se encontraron heredado de Vara, aunque el PSOE ha contestado que la cuenta hay que hacerla desde julio, justo cuando Monago tomó posesión. Da igual, los resultados buenos los caza el ciudadano a lazo. Y sin que nadie se los tenga que interpretar.