La localidad cacereña de Talaván despidió ayer "entristecida" a José Luis Periáñez, alférez de la Guardia Civil natural de la localidad que falleció el jueves en Madrid tras sufrir el pasado martes graves heridas en un accidente en el que murieron cinco de sus compañeros. Así lo expresó a Efe la alcaldesa del pueblo, María Isabel Costumero.

Según Costumero, en los actos celebrados ayer en la localidad, que transcurrieron "con total normalidad", participaron "muchísimas personas", entre ellas numerosos compañeros del guardia civil fallecido.

La alcaldesa subrayó el carácter triste de la misa y del acto castrense celebrado por la tarde en el cementerio municipal, máxime por su coincidencia con el primer aniversario de los atentados perpetrados en varios trenes de cercanías en Madrid.

"ERA CUESTION DE DIAS" Los restos de José Luis Periáñez llegaron a Talaván, su localidad natal, sobre las 14:00 horas de ayer, tras lo que se ofició una misa funeral y se celebró un acto castrense en el cementerio.

El guardia civil, que permanecía en estado crítico desde que el pasado martes el control policial que estaba desmontando en la A-1 a la altura de la localidad madrileña de Buitrazo del Lozoya fuera arrollado por un camión que mató a cinco de sus compañeros, falleció en la tarde del jueves en el hospital de La Paz de la capital de España.

Según declaró Costumero, los vecinos de Talaván esperaban esta noticia. "Sabíamos que estaba en estado crítico y que era cuestión de días", por lo que no tenían "esperanzas" de que Periáñez saliera adelante. Señaló además que el agente viajaba con frecuencia a Talaván, donde también está enterrado su padre, a visitar a varios familiares.

Los agentes fueron arrolados por un camión, cuyo conductor se durmió al volante, cuando retiraban un control policial a la altura del kilómetro 74 de la A-1, cerca de Buitrago de Lozoya. El conductor del camión, un rumano que resultó ileso. Otro de los fallecidos es de Alconchel.