Extremadura experimentó durante el 2003 el mayor incremento en la tasa de mortalidad de toda España. Este índice se elevó de 995 decesos por habitante en el 2002 hasta 1.055 en el 2003, con lo que el alza fue del 6%, frente al 2,7% de media en el Estado, según las últimas cifras sobre mortalidad del Instituto Nacional de Estadística (INE).

En total, a lo largo del mencionado ejercicio fallecieron en Extremadura 11.227 personas, 678 más que en el 2002. De ellas, 5.771 fueron varones y 5.456 mujeres. Por provincias, se contabilizaron 6.750 decesos en la de Badajoz y 4.477 en la de Cáceres. En cuanto a las edades de los fallecidos, los tramos que concentran un mayor número de muertes son el que oscila de los 75 a los 79 años, entre los hombres, y el de 80 a los 84, entre las féminas.

LA QUINTA DEL PAIS La tasa mortalidad extremeña se mantiene como la quinta mayor del país. El Principado de Asturias está a la cabeza con 1.202 fallecimientos por cien mil habitantes, seguida de Aragón, con 1.120, Galicia, con 1.202, y Castilla y León con 1.097.

Buena parte de culpa en esta mayor mortalidad lo tuvo el significativo aumento de óbitos que, a causa de las fuertes temperaturas, se produjo en los meses estivales --el verano del 2003 fue el de la ola de calor--. En Extremadura la variación frente al verano anterior fue del 18,2% entre junio y agosto. Esta subida fue la cuarta mayor del país, por detrás de Cataluña (23,2%), Navarra (19,7%) y Murcia (18,8%), y superó en más de tres puntos al promedio nacional, que se estableció en el 15,2%.

El aumento de los decesos durante el verano no vino determinado sólo por las causas directas, como pueden ser golpes de calor o deshidrataciones, sino también, y principalmente, por patologías crónicas previas que son consideradas de riesgo en situaciones de elevadas temperaturas.

La neumonía, por ejemplo, se disparó en la región alrededor de un 70% (cifras de todo el año), mientras que los fallecimientos por demencia crecieron un 26,8%. En el caso de la demencia el auge está también muy condicionado por el progresivo envejecimiento de la población.

Otra variación llamativa que se observó en la región respecto al 2002 es que las enfermedades isquémicas del corazón (infarto agudo de miocardio o angina de pecho, entre otras) superaron a las cerebrovasculares como primera causa de muerte, con lo que se sigue la misma tónica que en el resto de España, si bien es cierto que las patologías cerebrovasculares se mantienen como las mayores causantes de decesos entre las mujeres extremeñas.

Igualmente, Extremadura ha dejado de ocupar la primera posición en tasa de muertes por cáncer de bronquios y pulmón, que ahora corresponde a Asturias. También figura en segundo lugar en enfermedades isquémicas del corazón y en las cerebrovasculares.