En Cáceres será la prueba de fuego de un novedoso sistema informático, pionero a nivel internacional, que permite a los investigadores multiplicar el tiempo que destinan a los trabajos de excavación en un yacimiento. Hasta ahora, esta tecnología sólo se ha utilizado en Atapuerca pero falta probar su efectividad en el interior de una cueva, donde las condiciones ambientales dificultan en gran medida las tareas de los profesionales y la transmisión de datos se prevé más complicada que en el exterior. Así, el equipo de Atapuerca, cuyos responsables son los mismos que los directores de las excavaciones de Cáceres y Malpartida, sabrá la próxima Semana Santa a raíz de la experiencia que se realice en la campaña de Maltravieso, si el sistema diseñado por IBM aguanta la elevada humedad y temperatura que se registra en la cueva.

HUESO A HUESO

La minuciosidad es la máxima en el trabajo de campo de las investigaciones arqueológicas, una serie de tareas auténticamente artesanales. Tras el descubrimiento de un hueso o cualquier otro resto de interés es necesario hacer un exhaustivo registro del hallazgo. Hasta ahora, lápiz y papel en mano, había que anotar las dimensiones exactas del objeto, el tipo de material, color o las coordenadas tridimensionales con respecto al yacimiento, entre otros aspectos. Después, todos estos datos se trasladan a unas etiquetas adhesivas, donde también figura la fecha y yacimiento donde fue encontrado, que se pegan a las bolsas donde se guardan los restos. Este registro había que pasarlo al ordenador, ya durante el trabajo en el laboratorio.

La revolución que supone este sistema, que se denomina Tres-COOR y que surge a través de un convenio entre la Fundación Atapuerca y la empresa IBM, se deriva de que permite que la toma de datos, su posterior análisis y la impresión de las etiquetas clasificatorias se realice de forma automática. En el proyecto, que comenzó en el 2001, también ha colaborado el Centro Superior de Investigaciones Científicas.

Los excavadores disponen de una agenda electrónica, inalámbrica y móvil, y en ella introducen todos los datos del objeto encontrado con un puntero. Todas las agendas están conectadas a un repetidor que, también de modo inalámbrico, tiene conexión con un ordenador portátil situado a un máximo de cien metros. Los trabajadores también disponen de unas impresoras de tamaño reducido para las etiquetas.

En un futuro no muy lejano está previsto ampliar el equipo tecnológico con un aparato que permita la medición tridimensional del objeto encontrado a través de un puntero que fije la posición tridimensional de cada pieza en el yacimiento, según asegura Canals. En ello trabaja el Instituto de Automática Industrial, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Tras los trabajos veraniegos de Atapuerca, este equipo trasladará a la región, la primera semana de septiembre, su radio de acción para reanudar las tareas de campo del proyecto Los primeros pobladores de Extremadura . Una iniciativa financiada por la Junta de Extremadura que se prolongará durante varios años, según las previsiones de estos expertos, debido a la importancia de los hallazgos en Cáceres.

Pero el sistema informático no llegará a la región hasta Semana Santa, cuando se reanuden las tareas en Maltravieso, ya que el próximo mes sólo proseguirán las excavaciones en la cueva de Santa Ana, situada en el Cimov, y en El regato del Lugar o Vendimia , en Malpartida de Cáceres.

PRIMER AVANCE

También en septiembre, este equipo dará a conocer los avances en Extremadura. Hasta ahora, ya se sabe que en Maltravieso se descubrieron fósiles de animales que habitaron en el entorno hace 350.000 años, en el Paleolítico, tales como hienas, caballos, linces, osos, leones, bisontes o grandes bóvidos. Unas conclusiones a las que se llegó tras analizar los restos encontrados en la cueva la primera vez que se trabajó en ella, en el 2002. La mayor esperanza del equipo que lleva a cabo la ambiciosa iniciativa era hallar vestigios de cultura humana de esa misma antigüedad, aunque Canals ya ha confirmado a EL PERIODICO que ese paso no se ha producido, de momento, tras revisar todos los objetos rescatados en Maltravieso la pasada Semana Santa. "Encontrar restos humanos de la misma época sería importantísimo", dice el codirector de Los primeros pobladores de Extremadura , un proyecto que partió en 1992 cuando la Escuela Taller Los Barruecos, de Malpartida de Cáceres, localizó yacimientos paleolíticos de gran valor arqueológico.

La entrada de los expertos de Atapuerca se produjo en septiembre del año 1999, con Eudald Carbonell a la cabeza contando con el patrocinio de la Consejería de Cultura y el ayuntamiento malpartideño. Fue entonces cuando tuvo lugar la primera campaña de excavaciones. En el mes de diciembre, la Junta se decidió a financiar la iniciativa más ambiciosa en el rastreo de la Prehistoria en Extremadura, que cada campaña aporta nuevas claves para poder descifrarla. Así, ya se conoce que en el entorno de Cáceres habitaban neandertales hace unos 100.000 años que desarrollaron una cultura bastante avanzada en el Pleistoceno.