El proyecto del nuevo pasaporte está basado en la tecnología RFID de identificación por radiofrecuencia. Las etiquetas RFID están formadas por una antena y un chip que contiene la memoria donde se registran los datos de la etiqueta. Esta tecnología implantada en EEUU facilita la identificación de objetos a grandes distancias.

Recientemente se está creando un movimiento anti RFID porque se considera que esta tecnología atenta contra la privacidad, ya que con la difusión de estas etiquetas se está haciendo muy fácil seguir los hábitos de un individuo.