El tejo es una de las escasas coníferas autóctonas de Extremadura. Puede alcanzar los 10 a 15 metros de altura, y se localiza en las zonas montañosas del norte, húmedas, de forma aislada o en pequeños bosquetes. Su copa es piramidal con abundantes ramas verdes que salen de un tronco grueso. Son muy longevos, ya que pueden superar los 1.500 años de vida. A pesar de su alta toxicidad, se le atribuyen propiedades curativas como antirreumático, antimalárico, antiabortivo y en la actualidad, contra distintos tipos de cáncer debido a un compuesto que se encuentra en la corteza.