El servicio de atención telefónica de casos de malos tratos y acoso en el ámbito de los centros docentes (el 900 018 018) recibió en su primer año en funcionamiento un total de 155 llamadas de posibles casos de ‘bullying’ con origen en la región. En el conjunto de país fueron 8.630. Estas cifras, que abarcan el periodo que va desde noviembre del 2016 al 31 de octubre del 2017, corresponden a 153 usuarios, en el caso extremeño, y a 7.508 en el nacional, ya que una misma persona puede llamar en más de una ocasión.

El servicio fue puesto en marcha por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, si bien se encarga de su gestión una empresa adjudicataria (AlcaláBC). Está disponible de una forma ininterrumpida: 24 horas los 7 días de la semana y todos los días del año. Efectuar la llamada tiene un carácter gratuito para los usuarios y no aparece ningún rastro de ella en la factura de teléfono de quien la lleva a cabo. Al otro lado de la línea, la atención es prestada por psicólogos, que cuentan también con la colaboración de un equipo de trabajadores sociales, juristas y sociólogos.

Los usuarios con discapacidad auditiva o del habla disponen de un servicio de mensajería de texto, así como la atención de un agente con conocimiento de lenguaje de signos por videochat o videollamada.

En realidad en total de llamadas efectuadas a este teléfono desde la región fue superior, de 316, si bien en este número quedan comprendidas también las que solo tenían por objetivo la obtención de información o las erróneas, según se precisa en la memoria anual de este servicio. Del más de centenar y medio de potenciales casos detectados, nueve fueron derivados a la inspección educativa por su gravedad o bien porque el interlocutor relata que en el centro educativo no obtuvo el apoyo esperado (cuatro de estos expedientes correspondían a centros de enseñanza concertados, tres a públicos y dos a privados). Cinco también fueron remitidos a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado (tres sucedidos en un colegio concertado y los dos restantes en uno privados y otro público).

Los destinatarios de este servicio son tanto los propios alumnos, como los padres, madres y tutores legales, profesores, equipos directivos y personal de los centros docentes. «En general cualquier persona conocedora de conductas de malos tratos o acoso, tanto dentro como fuera del centro docente y en cualquiera de sus manifestaciones, teniendo especial cuidado a los casos de ciberacoso, a través de internet, móviles y redes sociales», se apunta en el informe.

En noventa de los posibles casos de acoso detectados en la región la víctima era un chico y en 59 una chica (en cuatro de ellos no se informó de el género). Por provincias, a Badajoz correspondieron noventa de las llamadas y las 53 restantes a la de Cáceres.

TIPOLOGÍA DEL ACOSO / En cuanto a la tipología de acoso, entre los 528 contabilizados (cada usuario puede sufrir más de uno) los de tipo psicológico fueron los más numerosos, con 246 en total. Aquí quedan incluidas situaciones como las amenazas para infundir miedo, obligar a hacer cosas, amenazas con armas, insultos, hablar mal de alguien y poner motes. A continuación aparece el acoso físico (golpes, empujones, peleas físicas, los robos y roturas de pertenencias, así como esconder cosas), con 140 comunicaciones. De acoso social (discriminación por motivos de sexo, etnia o discapacidad; también ignorar a alguien o no dejarle participar en alguna actividad) se registraron 113 sucesos.

Finalmente, quince de los usuarios denunciaron supuestos de acoso sexual (ya fueran abusos, degradaciones o humillaciones) y otros catorce de ciberacoso. En este último apartado se engloban las amenazas e insultos por medios electrónicos y también las grabaciones y distribuciones de archivos o la discriminación y el acoso sexual través de las redes sociales.