Cristina Teniente pidió ayer "buena voluntad" a los grupos de la oposición para negociar la reforma fiscal sin "líneas rojas". Teniente señaló que las conversaciones están en su fase inicial y quiso "tranquilizar" a los partidos porque según explicó, una bajada de impuestos no significa menos recaudación. La vicepresidenta insistió en que la reforma auspiciada por el Ejecutivo busca estímulos e incentivos fiscales atendiendo a la justicia distributiva, "para que paguen menos los que tienen menos y más lo que tienen mas".

Al respecto, el portavoz del PSOE en la Asamblea, Valentín García, reiteró que el acuerdo dependerá de si la ley se centra en la fiscalidad progresiva y los que no pagan impuestos porque eluden y evaden. García reconoció que en estos momentos las posiciones del Gobierno extremeño y el PSOE en relación a los tributos "son distintas y distantes", pero no obstante recordó que no es la primera vez que se logran acuerdos porque "nadie tiene mayoría". Más categórico fue el portavoz de IU, Pedro Escobar, que incluso apuntó que "la foto" lograda en el caso de la estrategia industrial no se repetirá con la reforma fiscal porque esta "no se resuelve en blanco o en negro".

El portavoz regionalista, Damián Beneyto, sí reconoció que su formación está negociando y reiteró que en Extremadura, la presión fiscal para las clases medias es alta y que algunos impuestos son injustos. Desde el PP, Miguel Cantero se mostró convencido de que se puede pactar una reforma fiscal con "las inquietudes" de todos.