No sabía que algunos individuos impronunciables disponían de espías. Viene esto a que en Villanueva de la Vera quieren sustituir el burro del Pero-Palo por uno de cartón y he leído que hace algún tiempo que estos impresentables mandan espías para comprobar que el burro no sufre maltratos. Jamás los sufrió. Esta fiesta, según la leyenda, tiene su origen en épocas de la Santa Inquisición, que fue la primera que quiso acabar con ella. Por aquel entonces se encontraba dicho tribunal en Llerena, hecho éste sin documentar, y hasta allí llegó la noticia de la fiesta pagana y, creyendo el inquisidor que de una herejía se trataba, les denunció y mandó se efectuara en su presencia una reproducción de la misma. Marchando los Pero-Palos hasta Llerena, de donde vinieron absueltos.

En tiempos de Franco, también hubo algún gobernador civil que quiso tirar su envite teniendo que desistir de ello ante el problema de no haber sido respetada su prohibición y quedar su autoridad muy maltrecha. Y siendo ministro de Información y Turismo Manuel Fraga, quien al parecer tuvo conocimiento de que en un pueblo de Cáceres no se cumplía la prohibición de festejar el Carnaval y que, por orden del propio gobierno de Franco y utilizando su propio espionaje, se interesó por el contenido del Carnaval de Villanueva de la Vera. Y al año siguiente lo declaró fiesta de interés turístico nacional. Desde entonces, son muchísimas las personalidades que la han visitado del mundo intelectual, cultural y artístico.

Quitar el burro de la fiesta bien pudiera costarle la alcaldía a mi amigo José Antonio pero, de no ser así, sería como hacer rejoneo con un caballo de madera, cazar en el tejado de la iglesia o pescar a garrotazos. Lo que no fue capaz de quitar la Inquisición ni los tiempos de Franco, lo quiere un grupo que no pasa del cociente de 20 o 50.