Con la llegada del verano aumentan las estafas. Hay timos que son recientes, pero otros muchos son muy antiguos, aunque no por ello dejan de ser efectivos.

El timo de la estampita, el del pasteleo o el del nazareno son estafas de hoy y de siempre ante los que la Jefatura Superior de Policía de Extremadura da consejos a la población para evitarlos.

TIMOS MAS FRECUENTES El timo de la estampita es uno de los más antiguos. Consiste en hacerse pasar por despistado eligiendo una víctima y enseñándole un fajo de billetes al que le quita importancia y que dice que va a tirar por ser simples estampitas. Posteriormente entran en escena otros timadores ofreciéndole una gran suma de dinero por el fajo. Cuando lo han convencido y se lo queda, la víctima descubre que trata de simples recortes de periódico.

Otro timo es el del tocomocho donde ocurre lo mismo que con la estampita, pero el gancho es un décimo supuestamente premiado. El timador se hace pasar por extranjero o enfermo y pregunta a la víctima si le ha tocado mucho dinero. En ese instante llega el cómplice que asegura consultando un periódico que tiene un gran premio. Así intentará convencer al afectado para comprarlo a medias y arrebatárselo al enfermo y quedarse con el premio. Nuevamente el estafado se quedará solo y sin premio alguno.

También frecuente es el timo del pasteleo. Los estafadores venden objetos de valor con la excusa de que son de contrabando. Igual ocurre con paquetes que contienen supuestamente una televisión pero no es así.

E incluso entran en el ámbito familiar. Es el timo del pariente cuando el timador convence a la víctima de que es su pariente lejano, para lo cual previamente se informará de todos los detalles familiares. Una vez convencido, el timador dará a conocer el motivo de su visita, que es un encargo de otro familiar. Si ha picado tendrá vía libre para pedirle aquello que desee: dinero, objetos de valor, firma de avales...

Y es que realmente hay muy pocas formas de ganar dinero rápido legalmente, a excepción de la lotería o trabajar mucho, por lo que se debe desconfiar de cualquier oportunidad que se presente con grandes cantidades de dinero por medio.