Normalidad y calma. Es lo que se respira en Plasenzuela pese a la tormenta que recientemente ha desatado la salida a la luz pública de la trama de presunta corrupción protagonizada por anteriores mandatarios locales y el secretario municipal, y que tiene hipotecado al municipio.

Tras días de un continuo ir y venir de medios de comunicación, de cámaras por las calles, la rutina y tranquilidad ha vuelto a este pequeño pueblo de la comarca trujillana.

Ayer, día de mayor actividad en el ayuntamiento, pues la corporación celebra sesión plenaria, la primera tras destaparse el escándalo, tampoco se vio alterada la calma. Antes de cruzar las puertas de su casa consistorial, solo un detalle llama la atención, los numerosos coches que hay estacionados en la plaza del ayuntamiento. Este hecho hace suponer que se debe a la celebración del pleno, a que habrá mucha asistencia. Nada más lejos de la realidad.

La de ayer es una mañana más en el consistorio. Sus escasos trabajadores realizan sus tareas y el alcalde y concejales se disponen a desplazarse hasta el salón de actos para celebrar el pleno que se ha convocado con carácter extraordinario. La corporación celebra pleno ordinario una vez cada tres meses "y cuando hay algún asunto urgente convocamos uno extraordinario", comenta el alcalde, Adrián González, quien reconoce al mismo tiempo que a los plenos, y menos a los extraordinarios, "no suele venir nadie".

Tampoco ayer lo hizo ningun vecino. Una prueba más de que, pese a la tormenta desatada con el escándalo, en Plasenzuela reina la calma. Nada altera la tranquilidad del municipio, que sus propios concejales insisten en asegurar. "Este es un pueblo muy tranquilo, nadie se mete con nadie", afirman al unísono.

El secretario municipal, uno de los cuatro imputados en la causa judicial que se instruye, abre la sesión, algo que sorprende. Da lectura al acta del pleno anterior y, tras su aprobación, se centra en el único punto del orden del día: la personación del ayuntamiento como acusación particular en la causa judicial abierta en el Juzgado número 2 de Trujillo contra el anterior alcalde José Villegas, el exconcejal Francisco Crespo, él mismo y el constructor de Torremocha Domingo Galán; y la contratación de un abogado para representar los intereses del consistorio en este y cualquier otro proceso que pueda surgir.

Con los votos a favor del alcalde y los dos concejales del PSOE presentes, José Carrasco y Antonio García (Juan José Cebrián ha excusado su asistencia), y la abstención de los dos del PP, Juan Francisco Gil y Oliver Dehan, se aprueba personarse como acusación particular en la causa y contratar como letrado del consistorio a Francisco Javier Sánchez Galindo, natural de Plasenzuela.

La sesión ha durado apenas unos minutos, y a su término los cinco ediles comparten un café en un bar cercano. De camino a él las calles, como suele ser habitual por las mañanas, están prácticamente desiertas. Y los pocos vecinos con los que te encuentras al girar en una esquina, o en algún bar, eluden hablar sobre el escándalo que ha hecho actualidad y noticia no deseada a su municipio.

Fuera de él ´el caso de Plasenzuela´ sigue motivando reacciones. La última se produjo ayer mismo. Procedió de UPyD Extremadura, formación política liderada a nivel nacional por Rosa Díez que ha pedido que, tal y como se hizo en el Ayuntamiento de Marbella, se disuelva el consistorio de Plasenzuela dejándolo en manos de una gestora.