Las energías renovables no solo son una alternativa para reducir la contaminación y contribuir a paliar los efectos del cambio climático. Su implantación en Extremadura puede ser una fuente de puestos de trabajo al tiempo que un instrumento que contribuya a fomentar el desarrollo socioeconómico del medio rural extremeño. Esta es una de las reflexiones incluidas en el estudio Energía Rural , que está a punto de concluir la organización ecologista Adenex, pero del que ya se han adelantado algunos de sus contenidos.

El informe de este colectivo conservacionista aborda las potencialidades que las diferentes energías renovables tienen para la región: solar --térmica y fotovoltaica--, eólica, minihidráulica y biomasa. Para ello se analizan los impactos, positivos y negativos, que pueden ocasionar cada una de ellas y su viabilidad en materia de empleo, formación y aceptación social. La conclusión es que, en Extremadura, la energías verdes con un futuro más halagüeño son la solar y la biomasa. En el caso de esta última, se destaca especialmente su capacidad para rentabilizar los residuos procedentes de las labores agrícolas.

Los cultivos agroenergéticos también son para muchos otro de los pilares en los que debe de cimentarse un desarrollo sostenible. En este sentido, esta misma semana la organización agraria UPA-UCE volvió a asegurar que estas producciones son "fundamentales" de cara al futuro del campo extremeño y español. Fue durante la presentación del último número de los Cuadernos de La Tierra , que edita este sindicato del campo y que, en esta ocasión y, de forma monográfica, está dedicado a los cultivos agroenergéticos.

En la presentación estuvieron el secretario general de UPA-UCE, Ignacio Huertas, y la vicesecretaria general de UPA federal, Montserrat Cortiñas, que aseguraron que con estos cultivos se pueden compatibilizar los intereses de los agricultores y ganaderos. Para conseguirlo, Huertas reclamó que se liberalicen los dos millones de hectáreas que en España no se pueden sembrar, de acuerdo a la normativa comunitaria, permitiéndose su uso para cultivos herbáceos. De la misma manera, pidió que, dentro de los cultivos agroenergéticos, se incida en aquellos que produzcan biomasa y biodiésel. Esta medida podría ser positiva para tratar de equilibrar el sector, apuntó Huertas.

A este respecto, Huertas recordó que la apertura de la mesa de incentivación de cultivos agroenergéticos ha tenido como resultado la modificación de la Ley Especial de Hidrocarburos que hará que en el 2008 se plantee que el 1,8% del total del combustible vendido en España sea biocarburante, que en el 2009 esta cifra ascienda al 3,9% y que en el 2010 sea del 5,83%. En el 2008, esta cifra no será de obligado cumplimiento, cosa que sí sucederá en los dos ejercicios siguientes. Este hecho significa que, en el futuro, habrá una "demanda real" de biocarburante, algo ante lo que el agricultor debe estar preparado.

En esta misma línea se posicionó Montserrat Cortiñas, quien destacó la oportunidad que los cultivos agroenergéticos suponen para el campo español y extremeño, una oportunidad que, según dijo, "no se puede dejar pasar". "No solo producimos comida--continuó--, podemos producir energía, y el cultivo energético se puede convertir en un cultivo más". A este respecto, abogó por consignar una importancia "fundamental" a la investigación para que determine qué cultivos son los más rentables.