Para muchos médicos, la residencia es el periodo más importante de su vida profesional e incluso personal. Por eso decantarse por la especialidad y el lugar en el que pasarán 4 o 5 años no es fácil. Extremadura cubrió sus 147 plazas el último día de adjudicación con el número 8.034. Entre los 1.000 primeros MIR que eligieron destino, tres se decidieron por Extremadura (solo por delante de La Rioja) y entre los 3.000 primeros fueron 14. Pero estos números son muy aleatorios y varían en cada convocatoria.

Generalmente las prioridades son los hospitales con más prestigio y de mayor tamaño o con servicios punteros. «Esas son las plazas que se suelen cubrir en primer lugar, pero entran en juego otros muchos factores», señala Carlos Arjona, del Colegio de Médicos de Cáceres. Los gustos, la procedencia, la implicación de los tutores,... y pueden influir hasta las comunicaciones. «Formarse en Extremadura es poco atractivo y no precisamente por la calidad de la formación. El factor geográfico tiene un peso decisivo, pero también hay cuestiones importantes como las infraestrucuras. Basta un ejemplo, en los últimos años hemos tenido muchos médicos latinos que hacían el MIR en España y una de las cosas que más valoraban para eligir destino era la proximidad a un aeropuerto. Somos la comunidad peor comunicada de la Península y el décifit de infraestructuras es un hándicap importante», destaca Remigio Cordero, jefe de estudios del Complejo Hospitalario de Badajoz, que tiene más de 40 especialidades acreditadas para la docencia.

El salario de un MIR puede ser otro factor para decidirse. «Porque varía mucho entre comunidades, debería estar equiparado», reclama Arjona. Y en la región los sueldos de los residentes son de los más bajos del país. Según un estudio del Sindicato Médico de Granada, las diferencias van de los 17.399 euros netos anuales en Canarias a los 14.677 euros de Asturias o los 14.942 de Extremadura en el primer año de residencia. Incluso el precio de las guardias (que permite completar los salarios) es de los más bajo en la región. «Y una cosa que no se entiende es que el número de horas de guardia que pueden hacer los residentes sea inferior en Cáceres que en Badajoz», critica Arjona, quien reclama además mejorar la situación de los tutores MIR que no reciben ningún beneficio ni compensación por esta labor.

Todos esos factores influyen de una forma u otra en que los hospitales extremeños no tengan el atractivo de otros. Sin embargo, esto también tiene ventajas: «Los hospitales grandes tienen de todo pero están masificados, mientras otros medianos como el de Cáceres permiten una formación más personalizada e incluso más salidas laborales en el futuro porque no hay tanta competencia», explica David Zambrano, jefe de estudios del Complejo Hospitalario de Cáceres, con 27 especialidades acreditadas. Además, para conocer cuestiones concretas que no hay en la región, los MIR pueden hacer rotaciones en otros hospitales del país. «Nuestro trabajo exige mucha dedicación y lo importante es hacer lo que a una le gusta de verdad».