Para averiguar cómo ha ocurrido un accidente de tráfico grave y los factores que han podido causarlo, la Guardia Civil de Tráfico emplea un modelo matemático que permite estimar la fracción de la energía cinética transformada en energía mecánica que produce la deformación del vehículo durante un impacto. Utilizar este método requiere sacar la cinta métrica y la plomada y ponerse a calcular la huella de frenada, la longitud de la máxima deformación,... es decir, hacer mediciones in situ, sin posibilidad de conocer más detalles tras la retirada del vehículo siniestrado.

Pero ahora se abre en España una nueva posibilidad para mejorar estas investigaciones, que ya se utiliza en Estados Unidos, Alemania o Australia. Se trata de la reconstrucción de accidentes a partir de imágenes fotográficas que permite reconstruir un escenario de forma tridimensional, esto es a través de la fotogrametría --técnica que permite determinar las propiedades geométricas de los objetos y situaciones mediante fotografías con puntos de referencia topográficos sobre el terreno--.

Julia Galván, una alumna pacense de Ingeniería Técnica en Topografía de la Escuela Universitaria de Mérida lleva nueve meses estudiando la fiabilidad de este sistema, que dice, está dentro de los límites establecidos en el modelo tradicional utilizado por la Guardia Civil y además ofrece muchas más posibilidades. Hoy presenta su proyecto fin de carrera sobre la fotogrametría para la reconstrucción de accidentes, una de las pocas investigaciones que se han llevado a cabo en el país en esta línea. Su conclusión es clara: "este método está dentro de la precisión que buscan los agentes, evita los errores humanos en las mediciones, reduce el tiempo de trabajo en el terreno evitando así cortar el tráfico, y sobre todo, permite obtener información fuera del escenario", señala Galván. Y es que, una buena cámara digital supone una alternativa fiable, económica y suficiente ya que su manejabilidad permite tareas de documentación y reconstrucción en 3D en escenas reducidas.

El trabajo, dirigido por el profesor de Expresión Gráfica Juan Antonio Pérez Alvarez y con la colaboración de la Guardia Civil de Tráfico, se ha centrado en estudiar la fiabilidad de la fotogrametría y comprobar los errores que puede generar esta técnica respecto a la medición manual. Las instantáneas, tres mínimo, deben tener en común una medida conocida, por ejemplo un punto de la matrícula, "deben ser convergentes". Posteriormente se vuelcan en un software que recrea el escenario para saber qué pasó.