Carmen Hernández, copropietaria de Moto Carlos Hernández, considera que la práctica de trucar los ciclomotores para aumentar su velocidad "era bastante habitual hace unos años, pero ahora es algo que se ha cortado bastante. Está mucho más controlado".

A su juicio, que los ciclomotores tengan que pasar la ITV es positivo porque "Todo lo que sea controlar a los chavales me parece bien, por seguridad", pero también resalta que hay otros perfiles de conductor para los que la medida puede ser bastante perjudicial. "Hay gente mayor en los pueblos, por ejemplo, que a lo mejor se compró la moto hace diez años y que, aunque esté flamante, no traía de serie elementos que ahora son obligatorios, o tuvo que sustituir el escape, le pusieron uno que no estaba homologado y ahora le toca pagar trescientos euros por uno que lo esté". Además, sostiene que "el que quiera seguir con la moto trucada va a hacerlo. Basta con que vuelva a rectificarla una vez que pase la ITV".

En esta línea, incide en que "todo son trabas" para este tipo de vehículos: "El permiso, la ITV, unos seguros elevadísimos....". Por este motivo, indica, sus ventas han bajado "muchísimo".