Trece víctimas en dos accidentes de tráfico y en el mismo día en el túnel de Miravete, que tuvo que ser cortado al tráfico de 7.30 horas de la mañana a las dos de la tarde. Pero no sufran. Como en los anuncios televisivos de la DGT, no fue real y las víctimas no eran actores, sino simples maniquíes en un simulacro que puso a prueba a los servicios de emergencias. Lo único cierto es que la circulación estuvo cortada durante toda la mañana y que la N-V no registraba tanto tráfico desde que la autovía entró en servicio en noviembre de 1995.

Todo para comprobar si el operativo de emergencia funciona en caso de alerta real en cumplimiento de las directrices europeas surgidas tras sonadas tragedias habidas en otros túneles. El de Miravete, por el que circula una media de 10.000 vehículos al día, no ha registrado, sin embargo, ningún percance de gravedad. "El usuario puede estar tranquilo con las medidas de seguridad existentes, pero hay que estar preparados" advirtió ayer José Manuel Blanco, ingeniero jefe de la Demarcación de Carreteras, de la que dependía ayer la organización del simulacro en colaboración con la empresa de seguridad del túnel, Sener. Según su responsable, Coldo Serrano, "se trataba de ver en qué se falla para que no vuelva a ocurrir" y ayer reconoció que lo mejorable fue la gestión de las llamadas de emergencia para reducir los tiempos de llegada al siniestro.

Para hacer lo más real el primer escenario del simulacro, se puso a los bomberos al límite porque se encontraron con que el acceso al túnel estaba cortado por vehículos que habían sido abandonados y cerrados con llave. Por extraño que parezca, comportamientos como este suelen ser habituales en casos de accidente. "Las cámaras han llegado a grabar a gente que se baja del coche para hacer fotos o que cierra su coche como haría en situaciones normales y luego nos encontramos con víctimas por asfixia".

Obviamente los bomberos no sabían en qué iba a consistir el simulacro, solo que iba a haber un accidente con fuego incluido a las ocho de la mañana. En alrededor de diecisiete minutos llegaron los del parque más cercano, de Navalmoral de la Mata. Entre una columna de humo, originada por los mismos aparatos de los conciertos, comprobaron que esos coches cerrados con llave taponaban la entrada directa al siniestro con lo que tuvieron que acceder por el otro ojo del túnel y desde ahí a través de las galerías que comunican ambos sentidos de la circulación. En Miravete hay tres construidas y ayer habrían sido vitales para rescatar a las víctimas en caso real.

Al menos cuarenta personas participaron en el despliegue entre bomberos, como colofón a un curso de formación y sanitarios del 112 mientras la Guardia Civil regulaba el tráfico. También un helicóptero que supuestamente debía trasladar a un quemado a Getafe. Entre las maniquíes hubo también un bombero intoxicado por humo. Era ´un infiltrado´ para hacer más real los dos choques frontales previstos con varios vehículos implicados.