La nueva directiva europea sobre energías renovables, que previsiblemente se aprobará este año, evitará que los países puedan fijar gravámenes al autoconsumo como el llamado ‘impuesto al sol’ español, según afirmó ayer el eurodiputado socialista José Blanco en la clausura de una jornada divulgativa de nuevas energías renovables celebrada en Mérida.

Según explicó, el autoconsumo es una de las principales apuestas de este texto, «más ambicioso» que el que elaboró la Comisión Europea. La directiva refuerza los mecanismos para que no haya posibilidad de gravarlo «pese al empeño increíble del Gobierno de España». Blanco afirmó que si se cumple el calendario, entrará en vigor el 1 de enero de 2021 y todos los países deberán tener transpuesta la normativa a su legislación porque es de obligado cumplimiento bajo sanciones.

El eurodiputado recordó que esta propuesta se fija para 2030 una cuota de producción de energías renovables del 35%, cifra que él considera posible debido a la caída de los costes «tan espectacular» de los últimos tres años. «Pese a los vaivenes de algún país se ha desarrollado mucho el sector desde la innovación, lo que hace que sea absolutamente competitivo», dijo Blanco, que precisó que aunque es vinculante se establece una desviación por los países miembros «de no más del 10% y muy justificada».

La nueva directiva también refuerza el marco regulatorio para que incentive la inversión y se evite la ambigüedad y cualquier forma de retroactividad con mecanismos de compensación.

El texto aprobado por el Parlamento Europeo recoge además una mayor ambición respecto a la descarbonización de la economía y mayor penetración de las renovables en refrigeración, calefacción y transporte. Y regula que un ciudadano pueda verter a la red la energía verde que ha generado y no ha consumido y que reciba una compensación por ello.