El cambio climático puede provocar la desaparición de especies animales como el buitre negro o el jarabugo en la comunidad autónoma en un plazo de apenas un siglo. El profesor de la Universidad de Extremadura (Uex), Ricardo Morán, ha advertido de que la biodiversidad extremeña sufrirá los efectos de este proceso durante las próximas décadas, aunque asegura que los primeros indicios del calentamiento ya se han comenzado a reflejar en la flora y en la fauna autóctonas.

Morán, que forma parte del grupo de investigación de Biología del Comportamiento de la UEx, ha explicado en declaraciones a la Agencia EFE que existen algunas especies endógenas, como el buitre negro y el jarabugo, que ya están totalmente adaptadas al medio extremeño pero que no están preparadas para afrontar un cambio brusco del clima, una situación que los expertos ven previsible para un periodo de entre 50 y 100 años.

Ambas especies, caracterizadas por su singularidad --el buitre negro está catalogado como sensibles a la alteración de su hábitat y el jarabugo, en peligro de extinción, los dos grados de mayor protección-- son un "termómetro" de la evolución que experimentará el resto de la biodiversidad adaptada al hábitat extremeño, que sufrirá, previsiblemente, una importante merma e incluso su extinción. Por ello, añade que el buitre y el jarabugo son considerados como un indicador biológico de los efectos que experimentará el resto de especies que están por encima y por debajo de su cadena alimentaria.

BAJA LA REPRODUCCION En concreto, apunta, el grupo de investigación de la universidad ha demostrado que las parejas de buitres negros extremeñas reducen su capacidad reproductora y abandonan su hábitat ante adversidades climatológicas.

Estas conclusiones, que han sido publicadas en un informe en la revista científica Biological Conservation , constata que el calentamiento global generará estrés en los ejemplares y mermará su fertilidad. Así, por ejemplo, los estudios sobre las modificaciones biológicas y de comportamiento de la fauna piscícola de las cuencas extremeñas apuntan que las especies del Guadiana se refugian en bolsas de agua, denominadas "hábitats refugios", durante la época estival. Allí, permanecen durante la sequía del verano. El problema reside, a juicio de Morán, en que la aridez continuada que acompañará al cambio climático generará graves problemas en el jarabugo y otras especies como la tenca, la boga del Guadiana y la trucha.

Ricardo Morán ha precisado que todas las especies experimentan una larga historia de adaptación a su medio, pero las dificultades del calentamiento global residen en que esta evolución biológica se adelanta mientras que un siglo en el proceso evolutivo "no es nada". Por ello, si el cambio climático agiliza someramente el proceso, la flora y la fauna extremeña no dispondrá de su periodo biológico apropiado para adaptarse y muchas otras especies singulares podrían desaparecer.

RIESGO DE EXTINCION El siguiente paso para la extinción aparecerá con las alteraciones genéticas, provocadas en las poblaciones que han sufrido graves reducciones demográficas y conviven en pequeños escenarios, con los consecuentes inconvenientes de la endogamia animal. Así, las pequeñas subpoblaciones aisladas, según comenta el profesor de la universdiad extremeña, deteriorarán la calidad genéticas de la especie y harán inviable su reproducción a largo plazo si los efectos del cambio global continúan a este ritmo.