1.301 hectáreas, más del 12% de la superficie que se cultivaba, y 8,7 millones de kilogramos contratados, un 21% de la producción. Es el peaje en términos anuales que el sector tabaquero extremeño ha tenido que pagar por los dos primeros años en vigor de la última reforma de la normativa comunitaria que rige este cultivo. Un reciente informe del Ministerio de Agricultura asegura, sin embargo, que tras experimentar en el 2006 "el correspondiente ajuste en la dimensión del sector productor" la del 2007 ha sido la campaña en la que se han estabilizado superficie y producción. Un ejercicio, el pasado, en el que en Extremadura se contrataron 31,5 millones de kilogramos y se cultivaron 9.169 hectáreas, lo que supone en ambos casos el 92% del total contabilizado a nivel nacional.

Esta visión de estabilidad no es compartida desde el sector tabaquero extremeño, precisamente en un año en el que Bruselas deberá decidir si prorroga hasta el 2013 el actual sistema de ayudas o, por contra, decide que a partir del 2010 la mitad de las subvenciones que reciben los agricultores se destinen al apartado de desarrollo rural, algo que, según explican, tendría unas consecuencias devastadoras para esta actividad.

Alfonso Sánchez Ocaña, presidente del Grupo de Empresas Agrarias (GEA) de Extremadura, cree que el sector "sigue en la cuerda floja. La supresión del 50% de la prima le va a dar la puntilla". Sánchez Ocaña afirma que, más que una cuestión económica, el problema es que el sector está desmoralizado, "porque no se le ve futuro". En este sentido, incide en la falta de relevo generacional en las explotaciones --"el 85% de ellas está gestionado por personas de más de sesenta años", dice-- y en que si la caída del cultivo no ha sido mayor hasta ahora es porque muchos tabaqueros no tienen una alternativa laboral y "están aguantando para coger el pago único y, dentro de cuatro o cinco años, dejarlo".

En estos momentos, los productores de tabaco están recibiendo un 60% de la ayuda acoplada --vinculada a la producción-- y el 40% restante sin acoplar. Sánchez Ocaña calcula que si se lleva a cabo lo previsto en el reglamento comunitario, a partir del 2010 los tabaqueros perderán un 45% de su renta bruta, lo que les llevaría a entrar en pérdidas de inmediato. A pesar de todo, no piensa que la solución pase simplemente por prolongar este sistema de ayudas. "Sería darle más soga al ahorcado. Hay que ir al valor añadido, no quedarse solo en la producción de la materia prima, entrar también en la intermediación", asevera.

Teófilo Moreno, responsable del sector tabaquero de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) confía en que finalmente Bruselas acceda a dar facultad potestativa a cada Estado miembro a la hora de decidir si dedica o no el 50% de las ayudas a desarrollo rural. "Sería la solución más fácil", argumenta. Una medida que, apunta, debería complementarse con una mejora de los precios comerciales. "Si este año antes de firmar los contratos no hay un posicionamiento firme de las tabaqueras para subir los precios, la cosa va a ir a peor", subraya.

Este responsable de UPA señala que estas empresas están comprando la materia prima a la mitad --0,60 céntimos por kilogramo de la variedad virginia, la más habitual-- que en el resto de países productores europeos, y que con estos precios para el 2009 podría haber hasta un 50% de descenso en la producción. También considera que el futuro de sector en la región pasa por "adoptar el modelo francés y convertirse en productores de primera transformación".