Aunque a primera vista alguien podría confundirlo con una colección de frigoríficos, ese conjunto de máquinas que ocupan toda una sala del Conventual San Francisco de Trujillo está permitiendo agilizar investigaciones tan importantes como el impacto que la radiología tiene sobre la salud de los enfermos de cáncer o sobre cómo evolucionará el clima en los próximos 50 años. Se trata del supercomputador Lusitania, un macroservidor de datos puesto en marcha hace un año por la Junta de Extremadura y la compañía HP, y que anoche recibió en Estados Unidos el reconocimiento de todo el sector del software y el hardware a nivel mundial por el carácter social de los proyectos en los que participa.

San Francisco ha sido el lugar elegido en esta ocasión para la entrega de los premios Itanium Solutions Alliance . Se trata de uno de los más prestigiosos galardones que concede la industria informática mundial, una versión de los Oscars en clave tecnológica. Concretamente Lusitania se ha impuesto en la categoría "Impacto humanitario", una de las cuatro existentes. "Por la amplia variedad de proyectos innovadores y científicos que apoya, por su marcado carácter social y su continua defensa de la supercomputación como valioso instrumento de investigación y crecimiento", señala la organización, detrás de la cual se encuentran gigantes como Fujitsu, HITACHI, Intel o Microsoft. Porque con el apoyo del superordenador extremeño se están llevando a cabo investigaciones contra el cáncer, sobre desarrollo molecular, sobre radiología, sobre nuevas técnicas relacionadas con la recepción de imágenes del espacio o sobre supercomputación. De hecho, Lusitania tenía hasta hace dos meses un récord en este ámbito, al haber sido capaz de resolver un problema de 620 millones de incógnitas en la simulación electromagnética del funcionamiento de un coche.

"Estos logros, en el primer año, nos dan algo de vértigo. Pero son un empujón para seguir trabajando en esta línea y consolidarnos. Significa que estamos haciendo las cosas bien", explicaba ayer desde San Francisco José Luis González, director general de Computaex --la fundación creada para gestionar este superordenador--. El fue el encargado de recoger el galardón mientras, en Trujillo, Lusitania continuaba facilitando sus investigaciones a decenas de científicos de toda España.