Uno de cada diez estudiantes ha sufrido alguna vez bullying en Extremadura. Es la estadística que se extrae del último informe PISA. El dato regional es el más bajo de España, pero aún así sigue siendo una cifra preocupante porque, además, en estos casos, la realidad que sale a luz es sólo una parte de lo que ocurre. Lo cierto es que el acoso escolar es una de las principales preocupaciones de la comunidad educativa extremeña (padres y profesores). Durante el curso 2015-2016 se denunciaron un centenar de conflictos, 33 de ellos fueron a través de las redes sociales, un canal que multiplica los efectos. Y aunque desde la Consejería de Educación insisten en que estos casos representan un mínimo porcentaje, «solamente el 0,07», la Junta ha puesto en marcha un programa para que sean los propios estudiantes quienes ejerzan de mediadores y poder llegar así a la raíz del problema antes de que sea demasiado tarde. El proyecto se llama ‘Ayuda entre iguales. Alumnos acompañantes’ y se han sumado ya uno de cada cinco centros de la región con el objetivo de poner freno al bullying.

En concreto, son 135 de los 646 existentes en la comunidad los que han formado parte de esta primera edición del programa -74 institutos, 45 colegios y 16 concertados-, con resultados satisfactorios y con la intención de seguir aplicándolo. «En esta primera convocatoria se les han concedido las ayudas para la formación (de profesores y alumnos) a todos los centros que lo han solicitado y la intención es incrementarlas para el curso que viene», explican desde la Consejería.

Desde los 10 años / Los estudiantes que hacen de mediadores y pacificadores (no solamente en situaciones de acoso, sino en cualquier tipo de conflicto, por ejemplo, la falta de integración) deben tener como mínimo 10 años. El fin es que desde esa temprana edad sean ya conscientes de que cuentan con capacidad para resolver problemas de convivencia y ayudar a sus propios compañeros.

Uno de los aspectos en los que se pondrá el foco es el buen uso de las nuevas tecnologías, ya que a través de las mismas (con redes sociales como Facebook o Whatsapp) empiezan a germinar muchos casos de acoso escolar. En este sentido, el secretario general de Educación, Rafael Rodríguez de la Cruz, asegura que «en los casos de ciberacoso es muy difícil que lleguen las familias y los profesores, pero a través de los alumnos acompañantes será más accesible».

AMBOS EN EL CENTRO / El objetivo de esta pionera iniciativa es que cuando se produzca un caso de bullying, ambos alumnos puedan permanece en el centro: el alumno acosado sin tener que sufrir este agravio nunca más; y el acosador pagando la sanción correspondiente y con el firme compromiso de no volver a realizar este tipo de conductas.

‘Ayuda entre iguales. Alumnos acompañantes’ es un proyecto voluntario y está pensado para centros públicos y concertados y para todos los niveles: Primaria, Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional, ya que el acoso está presente en todos ellos.