Extremadura es la comunidad autónoma que acoge a más menores inmigrantes trasladados desde Canarias a la Península Ibérica. En concreto, según los últimos datos que maneja Bienestar Social, la región ha recibido a uno de cada seis jóvenes africanos llegados solos en patera hasta la costa canaria.

Hasta la fecha la región ha acogido a 82 de estos menores dentro del ´Programa especial para el traslado y la atención de menores extranjeros no acompañados desplazados desde Canarias´. En total este plan prevé el traslado de 500 jóvenes a la Península Ibérica dada la saturación de los centros canarios de acogida, y como mínimo Extremadura asumirá el 16,4%.

El director general de Infancia y Familia de la Consejería de Bienestar Social, Javier Alonso de la Torre, destacó que la región es "con diferencia" la más solidaria en este sentido. Desde el primer momento se ha considerado que era necesario ejercer la solidaridad con la comunidad canaria y con el ministerio. En este sentido, destacó que la Junta "desde el primer momento asumió que tenía que atender a esos menores, que tienen una historia personal muy dramática, y Extremadura tenía esa capacidad de acogerlos y había que llevarla a cabo".

Una vez que llegan a la comunidad la mecánica es sencilla: se integran como cualquier otro menor en el sistema de protección de la Junta de Extremadura, que incluye centros de acogida, pisos tutelados y otros recursos similares. Inicialmente todos son trasladados a centros de acogida, y una vez pasado un primer periodo de adaptación algunos de ellos son trasladados --si sus circunstancias lo aconsejan-- a los pisos tutelados.

De la Torre señaló que el primer objetivo es que se sumen al sistema educativo regional, pero aquellos que han cumplido los 16 años y no quieren estudiar se han incorporado a diversas actividades de formación ocupaciones.

Y es que desde el primer momento en el que se planteó la posibilidad de acoger a estos chicos el Ejecutivo tuvo claro que debían ser tutelados por la comunidad e incorporados al sistema de protección, de forma que "nunca se crearía un recurso específico para ellos". Así, son tratados como "un menor más" y, por lo tanto, disponen de "todos los derechos y recursos tanto de formación, como de mayoría de edad o de integración social y laboral".

Pese a la llegada de estos jóvenes, el director general de Infancia y Familia dejó claro que el sistema de protección de Extremadura "no está saturado" porque históricamente la región ha tenido en este sentido "una capacidad muy superior a las necesidades". En esta línea, afirma que Bienestar Social nunca satura el sistema "para que siempre haya ese margen de seguridad" que permita actuar de forma diligente en caso que se produzcan necesidades especiales.