Retirar un medicamento sujeto a prescripción médica en cualquier botica de España o que en cualquier complejo sanitario de Valencia, Pontevedra o Huelva (por ejemplo) dispongan de los datos clínicos de un paciente extremeño y puedan prestarle asistencia. Eso que parece una obviedad era una quimera hasta hace un lustro, y aunque aún no es posible al 100%, prevé serlo a lo largo de este año, incluso puede que antes del verano. Es lo que se denomina la interoperabilidad de la tarjeta sanitaria y se aprobó en Consejo de Ministros en 2013, aunque no se ha implantado aún en todo el territorio nacional. Daba un plazo de 5 años que finaliza ya.

Los sistemas sanitarios de Madrid, Baleares, Andalucía y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla son los que se han quedado rezagados en este proceso y están trabajando aún para conectarse con el resto de regiones, lo que se traduce en que aún no es posible llevar a cabo allí ninguna de las dos acciones que se prevén favorecer con esta tarjeta común. En el extremo opuesto, Extremadura lideró junto a Canarias la implantación de este sistema y desde enero del año 2015 la tarjeta del SES está lista y «es interoperable» tanto para la asistencia como para la retirada de fármacos, según confirman desde la Consejería de Sanidad y Políticas Sociales. Es decir, desde hace más de tres años, los datos de cualquier usuario del SES pueden ser identificados en cualquier otra región que esté también conectada ya al sistema de tarjeta común. ¿Cómo? A través de la banda magnética de la tarjeta, independientemente de que se trate de una de las nuevas tarjetas o de las que se han utilizado hasta ahora en el SES.

No es una sanidad única

La tarjeta común no supone volver al sistema sanitario único, pero sí persigue, en esencia, que cualquier ciudadano español deje de ser un extraño fuera de su sistema de salud regional. En el caso de Extremadura, para lograrlo la Consejería de Sanidad cruzó datos con el Ministerio de Sanidad «para trasladarle todos nuestros códigos de identificación personal autonómicos a fin de poder identificar a nuestros usuarios a través del Sistema Nacional de Salud», explican desde la Junta. De esa forma, se puede identificar a cualquier paciente extremeño en otra región, para cualquier asistencia sanitaria como desplazado.

En cuanto a la receta electrónica, Extremadura y Canarias fueron las primeras en conectarse y en noviembre del 2014 ya comenzó a funcionar en fase de pruebas el sistema para prescribir y dispensar medicamentos. «A día de hoy, se puede interoperar con todas las comunidades autónomas excepto Andalucía, Baleares, Madrid, Ceuta y Melilla, que prevén incorporarse en breve al sistema», señalan desde el SES.

Como recoge el Real Decreto 702/2013 que regula el formato único de la tarjeta sanitaria en España, se trata de un paso previo del proyecto europeo de interoperabilidad de la información clínica, con el fin de alcanzar en el futuro una tarjeta sanitaria europea.