El pasado 17 de mayo se presentó en el Círculo de Bellas Artes este proyecto denominado La memoria de los cuentos. Los últimos narradores orales . Coordinado por el escritor e investigador Antonio Rodríguez Almodóvar, consiste en una publicación que recoge cuentos narrados en todas las lenguas del estado y un DVD dirigido por José Luis López-Linares.

El objetivo es intentar: rescatar varias decenas de cuentos de la tradición oral, a punto de desaparecer por la avanzada edad de los narradores. Se pone en valor la tradición oral, como verdadero origen de la literatura. Se homenajea a los narradores, personas en muchos casos iletradas, que no incultas, pues si bien no tuvieron acceso a los sistemas educativos, sí se esforzaron por aprender cuanto pudieron de sus mayores y de quienes les rodearon, transmitiendo un acervo cultural de gran valor patrimonial. Pero sobre todo, se rinde un homenaje al pueblo, a ese pueblo llano, humilde y sencillo, en el que reposan las esencias de la cultura de una región, de una nación y de Europa.

Con La memoria de los cuentos , el Ministerio de Cultura, aprovechó para subrayar lo que nos es común en Europa: la cultura popular, oral y ancestral y romper varios tópicos: que lo tradicional es conservador, que lo regional es nacionalista, que el pueblo llano es inculto. Para ello recorre la geografía española y nos muestra los mismos cuentos en toda España, contados cada uno en su lengua, en su habla y en su contexto regional. Pero es más, algunos de estos cuentos, cuyo origen se remonta al inicio del neolítico, en una cultura común de base indoeuropea, se hicieron populares por escritores europeos como los hermanos Grimm o Andersen, y sin embargo, tenemos aquí, muy cerca, versiones locales.

El proyecto cultural de La memoria de los cuentos revaloriza y subraya la riqueza lingüística española. La tradición oral sólo es concebible en las lenguas del pueblo, en las formas habladas en todo el estado español. Así hay cuentos narrados en castellano --tanto en un lenguaje estándar, como en el dialecto extremeño o andaluz--, pero también en gallego, euskera y catalán --o en menorquín--.

Dentro de La memoria de los cuentos , tiene una relevancia especial Juliana Hernández Rodríguez (Descargamaría, Cáceres, 1922). Su palra estremeñu , nuestra propia lengua, una forma hablada a la que se concede muy poco interés desde las instituciones y medios de comunicación y cuya base cultural es importante. La lengua extremeña es homenajeada al mismo nivel que las demás hablas, haciendo de ella una seña de identidad con los cuentos, a punto de desaparecer.

Sirvan los cuentos de tía Juliana para que se sepa y conozca su palra , para que los políticos y las instituciones apoyen su enseñanza y conserven, sin nacionalismos, sin conservadurismos, una riqueza más de nuestra tierra. Porque es lastimoso que tenga que ser alguien foráneo quien se dedique a las riquezas de nuestra cultura. Y poco faltará para que, cuando seamos conscientes en Extremadura de ello, sea demasiado tarde. Invito a ello a los diarios extremeños, a la radio y a la televisión.