"Por lo que he visto en la información del tiempo que han dado en televisión, no da agua para el fin de semana". Con esta larga cambiada respondió ayer Guillermo Fernández Vara al ser preguntado en una rueda de prensa sobre la posibilidad de celebrar primarias en el PSOE para designar al candidato a la Presidencia del Gobierno, en caso de que José Luis Rodríguez Zapatero no repitiera como candidato en 2012.

¿Por qué el presidente de la Junta eludió esta pregunta de los periodistas? Parece que Vara ha escarmentado tras evaluar el eco que han tenido en los últimos meses algunas de sus declaraciones sobre Zapatero y cómo estas han sido utilizadas por medios conservadores para dibujar un hipotético frente de barones para forzar un relevo en el liderazgo nacional del PSOE.

La espita de la polémica se abrió a primeros de junio pasado. Vara declaró a Onda Cero: "Zapatero seguirá liderando el PSOE si es lo mejor para el partido y no seguirá si no es lo mejor". Lo más polémico, sin embargo, vino a continuación, cuando abogó por analizar la credibilidad exterior de los ministros españoles y cambiar a quienes no la tuvieran. Preguntado en esta cadena de radio si era partidario de una remodelación del Gobierno central, Vara dijo que España tenía un "problema de credibilidad" en el exterior y que hacía falta gente que cuando dijera una cosa fuera "se la crea a pies juntillas".

Desde el PP se interpretaron estas palabras como una crítica directa a Zapatero y su equipo desde el seno del propio PSOE y se aprovecharon como arma política.

Ese mismo mes, un reportaje de El País titulado El mirlo blanco socialista situaba al líder del PSOE extremeño en las quinielas sucesorias de Zapatero. Vara ha insistido contundentemente desde entonces que en sus planes políticos y personales no está irse a Madrid.

También fue en las ondas, concretamente en las de la SER, el 25 de septiembre, cuando Vara volvió a provocar otro pequeño seísmo político al defender que Zapatero debía abandonar el cargo si dudaba. Utilizó esta expresión textual: "Si Zapatero está convencido de que puede y debe continuar, debe hacerlo; y si tiene dudas, a mi juicio, no debería hacerlo". Y continuó: "Para estar en política, tiene que ser porque estés absolutamente convencido... es una tarea que exige una amplísima dedicación incompatible con las dudas".

La polémica volvió pero no alcanzó el nivel de estridencia de la ocasionada unos días después, el 8 de octubre, por el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda. "O cambiamos de rumbo o vamos a una catástrofe electoral", sentenció este barón socialista. De poco valieron, matices posteriores.

Vara intentó distanciarse de ese presunto frente de barones antizapateristas . Aseguró que Barreda se equivocaba con su actitud y recurrió a un símil taurino: "No sacaría nunca al torero (Zapatero) en hombros, ni le tiraría almohadillas, entre otras cosas porque soy de la cuadrilla".

A esas alturas, medios de comunicación conservadores, especialmente los confidenciales digitales, ya habían montado su propia teoría de la conspiración. Crisis en el PSOE: Vara, Barreda y los guerristas pedirán la celebración de primarias para someter a Zapatero , publicaba Alerta Digital y se hacían eco portales como Actualidad Extremadura. El entorno de Vara desmintió la supuesta trama conspiratoria. Desde entonces, la prudencia del presidente extremeño ha ido en aumento cada vez que se le interpela sobre las primarias y Zapatero... hasta que ayer prefirió eludir los charcos y hablar del tiempo.