Ocurrió en un colegio como pudo ocurrir en unos billares o en el cine". Con esta expresión se refirió ayer el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, a la agresión sufrida por el profesor del instituto cacereño Norba Caesarina. En su opinión, el incidente es "inusual" y nada tiene que ver con el hecho educativo. En la misma línea conciliadora, aseguró que hay que "buscar soluciones y no culpables" para lograr un buena convivencia escolar.

La Consejería de Educación, por su parte, confirmó ayer que ha convocado una reunión de la permanente del Observatorio para la Convivencia Escolar en Extremadura para el próximo 7 de noviembre. El departamento aseguró que tal fecha se fijó tras el pleno de constitución de este organismo, el pasado 24 de mayo .

Fernández Vara indicó, en la inauguración de un colegio en el barrio cacereño de La Mejostilla, que su gobierno siempre va a estar al lado de los docentes y de cualquier otro profesional que tenga que estar preocupado por su integridad física en el desempeño de sus funciones.

EJEMPLOS DE NORMALIDAD El presidente extremeño expresó su solidaridad con el profesor y criticó que se hayan hecho públicas las dolencias mentales del joven agresor --este medio no reveló su patología-- porque, en su opinión como médico, no se tenían que haber dado tantos detalles, "porque eso viola el secreto de su historia clínica".

El jefe del Ejecutivo regional señaló que los centros extremeños son ejemplos de normalidad, "aunque a veces tendamos a destacar la anormalidad".

A su entender, no se pueden generalizar ciertos hechos como si ocurrieran todos los días, por lo que ha instado a la sociedad a "desdramatizar la realidad pero sin restar la más mínima importancia a las cosas que puedan ocurrir". Porque lo que es cierto, ha subrayado, es que "cuando un docente o un sanitario tienen que estar más preocupados por su integridad que de enseñar o curar, mal vamos".

Lo que está claro, recalcó, es que hay que buscar nuevos métodos educativos porque la sociedad ha cambiado tanto que ya no es posible que los padres apliquen lo que aprendieron de los suyos para la educación de sus hijos. En este sentido, subrayó la importancia de que exista un compromiso de convivencia entre las escuelas y los padres, que haya una implicación y una vinculación de ambas partes en la transmisión de valores.