El presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, ha recordado hoy que dentro de tres años empiezan a cumplir su vida útil las centrales nucleares españolas y «se está hurtando el debate» sobre esta cuestión, lo que, a su juicio, supone que «nos estamos haciendo, una vez más, trampas en el solitario».

Fernández Vara hizo una amplia y variada reflexión sobre los problemas que afectan al mundo en general y a Extremadura en particular en una conferencia titulada Miradas y desafíos, con la que se clausuró la sesión académica conjunta que han celebrado en Mérida el Gobierno extremeño y la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras.

Vara advirtió que en España «nos hemos acostumbrado a vivir en la excepcionalidad», lo que «nos lleva a una realidad en la que nadie pareciera estar pensando en el futuro», además de alertar de que una de las consecuencias negativas del mundo de las redes sociales es la «absoluta simplificación de los mensajes» y la «desaparición de los matices», lo que favorece, a su juicio, el «populismo» y el «radicalismo».

CAMBIO CLIMÁTICO / El presidente se refirió a los grandes desafíos a los que se enfrenta el mundo actual y entre ellos volvió a citar el cambio climático. En ese marco, considera «inaplazable» que España aborde cuál debe ser su modelo energético a medio o largo plazo y que, a su juicio, tiene que «evolucionar hacia las energías limpias».

También aludió a la armonización fiscal, un debate que ligó con el de la energía al recordar que la Central Nuclear de Almaraz, con sus dos reactores, no le reporta nada a Extremadura desde su puesta en marcha en 1981, ya que toda ese energía tributa en Madrid.

Esto provoca, según explicó el jefe del Ejecutivo regional, un impacto en la fiscalidad que «hace que algunos tengamos que tener impuestos que no nos gustan a nadie», como el de sucesiones, mientras que los madrileños pueden prescindir de ellos.

Vara destacó los beneficios de la economía verde, no sólo por ser necesaria para luchar contra el cambio climático, sino también por suponer «un nicho extraordinario de empleo».

Alertó igualmente sobre el envejecimiento de la población y sobre las dificultades para el sostenimiento del sistema sanitario y en este ámbito volvió a hablar de fiscalidad y se mostró partidario de vincular algún impuesto directamente a la Sanidad, para que la gente sea consciente de en qué se emplea su dinero.

También advirtió sobre los problemas demográficos y la baja natalidad, además de considerar «patético» que el debate educativo actualmente en Extremadura se centre «en una hora más o menos de religión», algo, en su opinión, que debería estar ya superado desde hace varias décadas.

En ese sentido, instó a superar este tipo de debates para empezar a «pensar cómo cambiar la educación para que sea de verdad la palanca de transformación de los pueblos».