"Tengo 200 millones de pesetas en el banco, inmovilizado en una cuenta a plazo porque no puedo hacer nada con ello que no sea tenerlos a plazo, porque soy político, y los tengo porque tenía patrimonio familiar", afirma el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, en un desayuno organizado por la Asociación Extremeña de la Empresa Familiar en Mérida. Y añade que ese dinero no lo puede administrar, "porque aunque la ley me lo permitiera, la ciudadanía no me lo permitiría".

En respuesta a una pregunta de los asistentes sobre los supuestos privilegios de los que goza la clase política, el jefe del Ejecutivo regional dice que no hará uso de la posibilidad que le brinda el Estatuto del exresidente de formar parte del Consejo Consultivo, con un salario equivalente al 80 por ciento del actual, cuando abandone la Presidencia. "Primero porque sería más bajo del que tendría como médico, y segundo porque yo quiero volver a ser médico".

Tras afirmar que los políticos son la consecuencia de lo que es la sociedad, porque no se cree eso "de una sociedad muy buena y al frente de ella políticos muy malos", subraya que como presidente de la Junta no tiene ningún privilegio económico, sólo uno "grande" en el ámbito personal, que es el cariño de la gente.

"Eso compensa sobradamente todo lo demás", resalta Fernández Vara, que también precisa que gana 4.000 euros mensuales en 14 pagas, que no cobra dietas ni asistencias en su calidad de diputado regional, y que sus retribuciones como vicepresidente del Comité de Regiones de Europa se las ingresas a la Junta de Extremadura, no a su cuenta.

Fernández Vara se muestra partidario de la limitación de mandatos, pues considera que al inicio de la democracia se podían entender, porque "estaba todo por hacer", pero ahora no, dado que "en una sociedad cambiante es bueno que también cambien las personas".