En la actualidad existen varias posibilidades para tratar la hepatitis C. El tratamiento farmacológico más eficaz consiste en la combinación de un fármaco antiviral denominado rivabirina (que se toma por vía oral), con el interferón pegilado, un medicamento que se pincha por vía subcutánea y que se administra una vez a la semana durante 24-48 semanas, en función del genotipo viral. El número de pacientes que responde al tratamiento es, aproximadamente, del 54%. Cuando los pacientes no responden al tratamiento, si en la terapia inicial no se incluía el interferón pegilado está indicado volver a tratar, utilizando este fármaco. Pero si este medicamento ya fue usado, hoy por hoy no está indicado un nuevo ciclo de tratamiento y se deberán individualizar las indicaciones. El principal problema del tratamiento es su mala tolerancia, muchos pacientes sufren un cuadro pseudogripal.