Aquilino Avilés, un vecino de Medellín de unos 50 años de edad, fue asesinado a tiros el lunes en su propia casa. La víctima, que no era natural del pueblo y que llevaba residiendo en él apenas dos años, se encontraba en su domicilio de la calle Cristóbal Colón cuando uno o varios individuos se personaron en el mismo. Por causas que se desconocen, Avilés fue abatido con varios disparos de arma de fuego. La Guardia Civil busca al culpable o culpables.

El autor o autores se dieron a la fuga mientras dos hijas de la víctima pedían socorro. Sobre las 23.30 horas de la noche, se alertó a la Guardia Civil del hallazgo del cadáver de una persona en el interior de la vivienda. Personados los agentes en el lugar confirmaron los hechos, encontrando el cadáver del hombre, que presentaba herida de bala en su cuerpo. La Guardia Civil descarta en un principio el robo como móvil. Aunque se siguen varias líneas de investigación, una de las hipótesis con que se trabaja, es que el autor o autores conocieran a la víctima.

El levantamiento del cadáver tuvo lugar a las cinco de la madrugada para su traslado al Anatómico Forense de Badajoz para hacerle la autopsia.

Efectivos de la Policía Científica llevaron a cabo el correspondiente rastreo del lugar del crimen para recopilar las correspondientes pruebas.

Los vecinos de Medellín están muy sorprendidos tras conocer esta violenta muerte. El hermetismo rodea a este caso sobre el que se ciernen sospechas de ajuste de cuentas, después de que fuentes cercanas a la investigación hayan apuntado que la víctima tenía antecedentes. Otras fuentes señalan que el autor de los disparos no iba solo y que la víctima podía conocerle a él y a su acompañante.

Asimismo los vecinos alimentan la hipótesis de que resultó herida otra persona que huyó del lugar y que se encontraría en paradero desconocido. De hecho, en una calle perpendicular a Cristóbal Colón hay rastros de sangre en línea recta que se pierden en una huerta cercana. Este extremo, sin embargo, no ha sido confirmado, ni desmentido oficialmente.

Un cordón de seguridad de la Guardia Civil rodea la vivienda donde ocurrió esta tragedia, un inmueble cuyo aspecto exterior es el de encontrarse totalmente en obras, si bien en su interior vivían el fallecido y varios miembros más de su familia.

Solamente algunos vecinos, los de la casa contigua, se enteraron de lo sucedido, al oír los gritos de socorro de las hijas de la víctima, vecinos que al parecer fueron los que avisaron a la Guardia Civil y al 112. A la hora en la que ocurrieron los hechos, pasadas las 11 de la noche, los vecinos, sobre todo los más mayores, ya llevaban refugiados en sus casas varias horas e incluso dormían. De hecho, algunos de ellos se enteraron de lo sucedido por la mañana, al notar la presencia de agentes de la Guardia Civil y la policía científica en los alrededores de la casa, dando a entender que sucedió muy rápido y que posteriormente la Benemérita controló la situación sin alterarse más la tranquilidad de la madrugada, excepto cuando a las 5 de la mañana era levantado el cadáver.

En la calle Cristóbal Colon vive gente normal, trabajadora y cuyos vecinos se han sobresaltado con este crimen, llegando afirmar que "jamás" habían vivido "un hecho de esta naturaleza en el pueblo". Mientras unos dudan de algunas de las compañías que podían visitar a la víctima, otros aseguran que "era una gente muy cordial que ayudaba y se dejaba ayudar". Ninguno de los vecinos conoce a qué oficio se dedicaba Aquilino Avilés.

El alcalde, Antonio Parral, ha manifestado desconocer más datos sobre esta familia y las posibles causas del homicidio. Sin embargo sí apuntó que no eran originarios de Medellín. Al parecer habían cambiado de lugar de residencia varias veces en los últimos años.