Las Vegas Altas y Bajas del Guadiana son las zonas donde se concentran las aguas de peor calidad de la región, de manera que no existe un solo punto en todo el recorrido principal de este río que presente una calidad siquiera aceptable . De este modo, y eliminando su primer tramo, donde se suceden los grandes embalses que, al ser zonas de agua detenida no se tienen en cuenta en el estudio de la Dirección General de Medio Ambiente, a partir del entorno de Don Benito, pasada la presa de Orellana, comienzan los problemas de deterioro.

La situación se mantiene al atravesar Mérida, la zona de Montijo y finalizar en Badajoz. El motivo de la mala calidad de las aguas hay que buscarlo, según Medio Ambiente, en la concentración de poblaciones e industrias agrarias en las cercanías del cauce, que muchas veces vierten residuos sin depurar, y en la masiva presencia de regadíos.

En este último caso, y contra lo que pudiera pensarse, el problema no es tanto la posible utilización de abonos o herbicidas, como el que la demanda de agua en épocas de escasa aportación de lluvias hace descender el nivel a límites que imposibilitan la supervivencia de muchas especies de invertebrados.

Tampoco Tierra de Barros logra pasar el examen, ya que sus cauces soportan grados de contaminación medios y altos, con puntos de polución extrema cerca de Almendralejo.

TERRITORIO CACEREÑO En cuanto a la provincia cacereña, lo peor se concentra en las cercanías de la capital, y lo mejor en las gargantas del norte. En este punto, cabe señalar que el informe hace dos matizaciones importantes. Por un lado, la imposibilidad de medir la calidad en el cauce principal del Tajo, al estar jalonado de embalses. Por otro, los ríos que quedan por analizar --el estudio se inició en el 2001, pero su complejidad es tal que aún sólo está al 65%-- están ubicados en la margen izquierda de este río, donde, según se prevé, la calidad del agua será muy inferior a lo encontrado hasta ahora, por tratarse de cauces bajos.

Tal y como adelantó ayer EL PERIODICO, el 40% de los ríos extremeños presentan un importante nivel de contaminación. La mejora de esta situación es una competencia asignada a las confederaciones hidrográficas del Guadiana y del Tajo.