Ya se ven dos o tres grúas en la ciudad y hay más proyectos que irán saliendo a la luz este año. Después de un largo y complicado periodo de crisis, ya nos toca. Obviamente esto no es ni Madrid, ni Barcelona ni una zona de costa. Aquí la ola siempre llega más tarde, pero los datos de venta serán bastante positivos, en comparación con lo que había, cuando acabe 2017», manifiesta Juan Díaz, gerente de Extrecasa, una inmobiliaria con sede en Badajoz. «Lo que se mueve sobre todo es la vivienda usada, o bien entre particulares o bien pisos de particulares que se quedó el banco y están en el mercado. Lo que ya casi se han acabado son los bloques que pertenecían a promotoras y terminaron en manos de las entidades bancarias», apunta Ángel Martín, de la inmobiliaria cacereña TuKasa. Ambos profesionales del sector coinciden en mostrar optimismo y confianza en que el mercado continuará mejorando a corto y largo plazo.

Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que analizan la compra-venta de inmuebles por meses, hablan, otra vez, en positivo de Extremadura (los resultados son igualmente de progresión a nivel nacional). De este modo, en el primer semestre de este año hubo 4.043 operaciones en la región, lo que significa 900 más que en el mismo periodo de 2014 (cuando se registraron 3.143). Esto implica un crecimiento del mercado inmobiliario del 22% en los últimos tres años. O lo que es lo mismo, una puerta abierta al reflote de un negocio que subió como la espuma (aunque cayó con la misma velocidad).

Son los pisos de segunda mano (más del 90% del total) y libres los que mueven actualmente el negocio en Extremadura, aunque desde las agencias inmobiliarias aspiran a que antes de que acabe el año se note igualmente un repunte en los bloques de nueva construcción. «Sigue creciendo, poco a poco, el perfil de cliente que quiere apostar por invertir en vivienda y adquiere una para después ponerla en alquiler», subraya Ángel Martín.

LOS PRECIOS / En cuanto a la horquilla de precios que se ofertan actualmente, Juan Díaz explica desde Badajoz: «Como siempre depende de la zona, porque un apartamento de segunda mano de tres habitaciones puede costar 150.000 euros en un barrio de la ciudad o 70.000 en otro. Esa es una variable que no cambia nunca».

En este sentido, la estadística del Ministerio de Fomento refleja que el coste de los pisos libres en la comunidad se sitúa ya en precios similares al inicio de la burbuja inmobiliaria.

De este modo, el valor del metro cuadrado el primer trimestre de este 2017 fue de 864,6 euros de media (en Badajoz, 877,1 €; en Cáceres, 840,4 €), una cifra semejante a la de 2005.

Esta cifra significa un 16% menos que cuando se alcanzó el punto máximo, que fue a principios de 2008 con un coste medio de 1.027 euros el metro cuadrado. Pero el dato también supone que este año los pisos libres cuestan un 15% más que en 2004, justo antes de que comenzara el gran negocio.

Ante el análisis de estadísticas y la experiencia del día a día, los profesionales del sector no pierden el estusiasmo de que al menos lo peor ya ha pasado.