"Lo más duro que te puede pasar es tener que dejar su tierra". Lo dice un inmigrante, Alfonso López Trujillo. Es colombiano y hace casi una década emigró para intentar labrarse un futuro mejor. Aunque es economista de formación, trabaja de mediador intercultural, se define como sindicalista de base y reside en Almendralejo desde hace ocho años. Allí llegó para trabajar en la vendimia y hoy preside la nueva Asociación de Latinoamericanos de Extremadura (ALAEX), un colectivo del que forman parte 120 asociados de países como Ecuador, Cuba, República Dominicana, Colombia, Bolivia o Brasil.

En la comunidad autónoma, según los últimos datos, hay empadronados 8.230 latinoamericanos. Por ellos, esta asociación. "El fin principal es orientar y asesorar a las personas inmigrantes de América Latina para agilizar su correcta integración social y laboral", explica Alfonso, que también alude al reconocimiento de los derechos ciudadanos y la colaboración con las Administraciones como objetivos primarios.

Aunque el acto de presentación tuvo lugar hace unos días en Alange, el colectivo tiene sede en Mérida, fue fundado en noviembre y ya está inscrito en el registro de asociaciones sin ánimo de lucro. Está compuesto por personas de diversa nacionalidad y muy diferente perfil: desde agricultores que se dedicaban al campo en sus países de origen y también lo hacen aquí, a médicos, docentes y economistas. "Espero que no haya muchas dificultades en ponernos de acuerdo. Cada uno tratará de tirar hacia la cultura de su país, pero cuando eres inmigrante lo fundamental es la unión", comenta Alfonso al ser interrogado por la dificultad de dirigir un grupo con un crisol tan amplio de intereses.

El asegura no haber detectado problemas graves en la integración de los inmigrantes latinoamericanos en la sociedad extremeña. Su carácter rural, dice, "ayuda", pero también la proximidad con la cultura española. "Lo más duro es dejar allí a tu familia y tus raíces", observa a la vez que reconoce la ayuda de colectivos como UGT o de las instituciones públicas (Junta, Sexpe, ayuntamientos...).

Alfonso no oculta sus aspiraciones. Quiere favorecer la inmigración legal y ordenada, pero sobre todo espera lograr una federación que agrupe a todos los colectivos inmigrantes de la región: "Para aunar esfuerzos y superar dificultades comunes".