Qué les sucede a los personajes de una ficción cuando se cierra el libro, cuando se baja el telón, cuando se apaga la pantalla del cine? En el teatro, una obra como Afterplay retoma la vida de dos personajes inventados por el ruso Anton Chejov (Sonia, de Tio Vania , y Andrei, de Tres hermanas ) a los que el escritor británico Brian Friel hace coincidir en un café de Moscú veinte años después de la acción que representaban en estas obras de teatro.

Afterplay es la historia de dos fracasados. De dos personas que no han podido cumplir "sus sueños, sus aspiraciones, sus expectativas", explica Helio Pedregal, que comparte ese café imaginario con Blanca Portillo. Ambos se enamoraron de este texto, que estrenaron en el teatro Español de Madrid en el 2006. "Cuando lo leímos, nos miramos y nos dijimos, este es para nosotros", cuenta Pedregal, que se incorporó como productor del montaje, una manera de "no hacer concesiones a la galería para conseguir espectadores de cualquier modo. La pagamos para hacerla como queríamos".

Su carrera está vinculada en sus inicios a José Carlos Plaza, el director de Afterplay . Estudió interpretación en el Teatro Experimental Independiente, un grupo de formación teatral de Madrid donde daban clase Layton, Miguel Narros y el propio Plaza. Pedregal es un actor de teatro. Fuertemente teatral. En sus opiniones, en sus consideraciones sobre el teatro y su valor, por encima de la televisión, desde luego. Un valor utilitario, de utilidad social, según el actor.

Su compañera Blanca Portillo, que se dio a conocer popularmente con la serie de televisión Siete vidas , ha vivido una semana algo agitada, pero precisamente por lo que no le ha pasado: no ha ganado premios de interpretación cinematográfica ni teatral. Ni un Goya (por Siete mesas de billar francés ), ni un Max (por Mujeres soñaron caballos ). Pero esto no dejan de ser avatares (ya en su momento ganó el premio Ercilla por Afterplay ).UN HUECO Las agendas de ambos están medidas casi al milímetro, según su representante. Portillo no recibe y a Pedregal le buscan un hueco por la tarde para hablar de esta historia chejoviana a la que, aunque le quedan unas semanas de vida (hasta el 29 de febrero tienen contratadas funciones), Pedregal se ve representando dentro de tres o cuatro años. Es tan hermosa la función, que bastará que le diga a Portillo que queden para un par de meses de trabajo y no tendrán problemas de contratación.¿Pero quiénes son estos personajes a los que Brian Friel insufla nueva vida más allá de las historias que vivieron en sus originales dramas teatrales? Sonia se había enamorado de alguien que no la quiere y estos sentimientos aún no han desaparecido de ellas. "Se ha hecho mayor y no ha resuelto aquel hecho", explica Pedregal.De su personaje, el actor lo considera aún más fracasado que la mujer con la que coincide en el café. "No ha cumplido lo que sus hermanas esperaban de él". Ni ha sido académico, ni violinista, pero sobre todo es un fracasado respecto a su familia, a sus hijos. Un fracaso como padre. Así que allí están los dos, "prestándose apoyo" durante casi dos horas.No se crea que estamos ante una tragedia. Más bien ante una tragicomedia. Hay humor y esperanza, aclara Helio Pedregal. "Son unos seres entrañables. No se quejan, no lloran". En un sentido, sin darlas, dan lecciones. Por ejemplo, la que de que la vida tiene sus placeres y hay que recogerlos. Lo otro, esa parte dramática, poco amable, también forma parte de la vida y hay que vivirlo con pasión.LA DIRECCION Para la dirección, Pedregal rescató a José Carlos Plaza, "un director de gran talla, un gran director de actores, que conoce su mecánica y sabe cómo ayudarles".Ambos empezaron juntos y su relación se interrumpió durante veinte años hasta este reencuentro. Pedregal recuerda con placer esos dos meses de ensayos en que se reunían los tres para ensayar y bucear en el texto de Friel.Sigue recordando estas últimas semanas, cuando ya no ha podido quitarse de la piel su personaje de Andrei, ni las sensaciones de novedad que dejan las nuevas funciones. "Hace pocos días estábamos, creo recordar, en Cádiz, y hablábamos Blanca y yo de que al terminar esa función nos dimos cuenta de que era la mejor de las que habíamos hecho hasta entonces. Esto quiere decir que siguen ocurriendo cosas nuevas, como si no hubiera pasado más de un año desde que estrenamos. La obra está viva y evoluciona a pesar de que parezca que estás haciendo lo mismo. Y no es así".Ya puede estar uno 40 años dedicados a la actuación, que bastan dos o tres episodios televisivos para que de repente su cara salte del fondo del escenario y sea reconocimiento en cualquier lugar, El Corte Inglés por ejemplo. A Helio Pedregal le ha sucedido después de vestirse hábitos toreros en la serie televisiva

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