Pocos conocían el rostro de Arlindo Carbalho después de veinte años entre rejas. Seis días después de salir de la cárcel donde ha cumplido su condena por una treintena de violaciones, el expresidiario concedió sus primeras declaraciones públicas a Canal Extremadura en Valencia de Alcántara, localidad donde pasó su infancia y donde ha querido regresar tras quedar en libertad. En ese intervalo, Arlindo fue tajante, quiso desmentir los temores que acompañan su llegada y aprovechó para reclamar una segunda oportunidad. «Creo que me la merezco porque tengo aptitud para ello», aseguró ante la pregunta que le formuló el canal extremeño ante la puerta de su domicilio valentino.

El "Violador de Pirámides" da la cara ante el temor d los vecinos de su presencia en el pueblo tras cumplir condena y habla xa @cextremadura

En la misma sintonía, Carbalho declaró por primera vez sentirse «arrepentido» de lo ocurrido. «Lamento mucho lo que hice, quizá antes no sabía pedir perdón porque no tenía esa capacidad y quizá la única manera que he tenido a lo largo de los años de poder afrontar esto ha sido luchar y trabajar para que algo así no volviera a suceder», aseveró.

En ese sentido, puso de manifiesto que se encuentra rehabilitado y apostilló que durante su estancia en prisión ha trabajado con psicólogos individuales y grupales. «Me he preparado para estar aquí, creo que la gente no tiene porqué temer nada». En ese llamamiento a la calma insistió en que «nadie tiene que pensar que mañana se me van a cruzar los cables porque no porque tengo ayuda» pero incidió también en que «no quiero bajar la guardia, si algo he aprendido en las terapias es que hay que estar ahí en todo momento».

En cuanto a si prolongará su estancia en Valencia de Alcántara, Carbalho asumió que es complicado y argumentó la dificultad para encontrar trabajo, pero puso de manifiesto que la localidad cacereña fue su primera opción después de abandonar prisión. «Ten en cuenta que después de veinte años no puedo irme a un sitio donde puede venirme todo un poco grande» alegó y aprovechó también para subrayar «que si tuviera que esconderme de algo no estaría aquí me hubiera ido a otro pueblo, a otro sitio». Afirmó que regresa a su casa de infancia a cuidar de su madre «que es una persona mayor y lo está pasando mal». «Ni el alcalde ni la policía ni la gente tiene porqué temer nada porque no hay nada que temer», concluyó en sus declaraciones.

Arlindo Carbalho fue detenido en enero de 1997 acusado de una treintena de violaciones. Fue condenado a 514 años y esta semana ha abandonado la prisión tras cumplir los 20 años que marca la legislación. Los hechos por los que fue condenado se extendieron durante ocho años y todas su víctimas fueron mujeres a las que seguía tras haber terminado su jornada laboral como instalador de gas a domicilio. Atacaba a sus víctimas entre las ocho de la tarde y las once de la noche los días de diario, y entre las tres y las seis de la tarde los fines de semana, la mayoría de las veces, poco antes de ir a buscar a su esposa a la salida del trabajo, cerca de Pirámides, zona que le dio su nombre: el violador ‘de Pirámides’.

Desde que llegó a Valencia de Alcántara, los vecinos de la localidad viven momentos de particular inquietud que reconoce el propio alcalde, Alberto Piris. En cualquier caso, la población valentina mantiene sentimientos encontrados. Hay quiénes apuntan que el exconvicto ya ha cumplido su condena y ha pedido perdón y le conceden una segunda oportunidad, no obstante, el temor se apodera de otros tantos vecinos que aseguran respirar intranquilos mientras Arlindo siga paseando por sus calles.