El presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, ha vivido de primera mano la tensión existente entre las compañías Endesa y Gas Natutal después de que esta última anunciara una OPA hostil para comprar la eléctrica. Ambos dirigentes se entrevistaron ayer en Mérida con el jefe del Ejecutivo regional, que los recibió con apenas una hora de diferencia, pero que en ningún momento, ni siquiera en los pasillos, llegaron a encontrarse. Los dos pidieron el encuentro con Ibarra, uno, el de Endesa, para confesarle los inconvenientes de la operación y el otro, las ventajas. Tras el encuentro, el presidente extremeño sacó la conclusión de que se trata de una estrategia económica y no política.

La visión de ambos directivos es muy distinta a este respecto, porque mientras Manuel Pizarro, presidente de Endesa, indicó a Rodríguez Ibarra que la operación propuesta por Gas Natural tiene "ciertos tintes políticos", su colega en Gas Natural, Salvador Gabarró, no mencionó tal posibilidad.

Lo cierto es que uno y otro se marcharon sin conocer la posición oficial del Gobierno extremeño respecto a la OPA y, por eso, Rodríguez Ibarra les preguntó qué ganaría Extremadura con o sin esta operación.

A la espera de una respuesta más argumentada a esta cuestión, Gabarró asegura que la OPA sobre Endesa no afectará a la creación de riqueza ni a los puestos de trabajo que actualmente tienen ambas compañías en Extremadura, informa Efe. Garantiza así el futuro de los activos y de las inversiones previstas por Gas Natural a afirma que "la operación será buena para Extremadura, ya que revitalizará el desarrollo de infraestructuras energéticas".

La misma seguridad ofrece Pizarro respecto al futuro de Endesa en la comunidad autónoma, que se centra en tres subestaciones, la línea de alta tensión Barcarrota-Olivenza, la construcción en Mérida de una central de ciclo combinado, y la instalación de una planta de biodiesel en Los Santos de Maimona.