Unos pasaban y ante el alboroto se paraban, otros curiosos se acercaron hasta el Complejo San Francisco de Cáceres exclusivamente al evento, incluso los enfermos del Hospital San Pedro de Alcántara se asomaban por las ventanas para ver desde sus habitaciones qué motivo agolpaba a tanta gente. Y mientras, el Príncipe de Asturias llegaba al acto inaugural de la V Conferencia de Desarrollo Rural de la OCDE.

Cientos de curiosos esperaban impacientes la llegada del príncipe Felipe. Gente que aguardaba desde las cuatro de la tarde, familias enteras expectantes, niños que contaban por teléfono a sus padres que iban a ver al Príncipe, cacereños que corrían calle arriba y calle abajo para ver por dónde llegaría el ´protagonista´ de la tarde.

Algunos no sabían a qué venía, otros agradecían su visita por ser "un honor para Cáceres y más por tratarse de unas jornadas sobre el desarrollo del campo, actividad elemental en la región", apuntó un vecino.

Incluso las cigüeñas que anidan en el complejo notaban que algo pasaba. Y casi a la misma altura, decenas de policías nacionales vigilaban desde las alturas del parque aledaño.

El número de vallas se quedó corto, debido a la progresiva llegada de espectadores. Y el tráfico de coches tampoco era escaso. Sólo cesaron cuando el vehículo oficial de la Casa Real apareció. Con el aplauso de los curiosos, el Príncipe de Asturias bajó del coche y saludó a los asistentes asomándose ligeramente por uno de los arcos del Complejo San Francisco.

Multitud de vecinos esperaron su salida y pudieron saludarlo. Otros consideraron que "la visita del Príncipe era importante, pero el frío no anima a quedarse para despedir a don Felipe".