Treinta y cinco años después del fusilamiento de Luis Sánchez Bravo, condenado a muerte por el último Consejo de Guerra de la dictadura franquista, su viuda ha decidido presentar una demanda en Buenos Aires para pedir responsabilidades.Silvia Carretero tenía 21 años y estaba embarazada cuando fue detenida y torturada por la Guardia Civil en Badajoz por su militancia en la FUDE (Federación Universitaria Democrática Española), la sección universitaria de la organización armada FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota).Su demanda incluye también a los responsables de sus propias torturas, de las que todavía tiene marcas en los dedos de las manos y en las muñecas