Aeropuerto de Talavera la Real, 18.00 horas, un centenar de extremeños toma hoy un avión lleno de ilusiones hacia los campamentos de refugiados de Tinduf, en el Sáhara, con el objetivo de llevar ayuda humanitaria y seleccionar a un grupo de mujeres jóvenes licenciadas para formarlas sobre el terreno en aspecto como el liderazgo o técnicas empresariales.

Es la primera vez que autoridades políticas, técnicos y familias de acogida, parten desde la base extremeña hacia estos campamentos para, entre otros objetivos, seleccionar a las mujeres que participarán en el programa formativo que el Consejo de la Juventud de Extremadura (CJEx) y el Instituto de la Mujer de Extremadura (Imex) desarrollarán en la zona el próximo año. La novedad es que la formación a mujeres jóvenes con estudios se realizará en el Sáhara.

Estos extremeños comprobarán sobre el terreno las condiciones en las que viven en el desierto 280.000 personas y pondrán las bases para ayudar a las mujeres, sobre las que se sustentan las familias saharauis. Se trata, según el presidente del CJEx, Oscar Alías, de estudiar sus necesidades formativas para organizar los cursos que los especialistas impartirán en los campamentos el próximo año. Además, apoyará iniciativas universitarias en este sentido y editará un libro sobre este pueblo.

SUFRIMIENTO DE UN PUEBLO

Poco más puede hacer este colectivo, que pide un mayor apoyo político al Sáhara, colonia española durante un siglo, y que "lleva veintisiete años sufriendo injusticias, se le están violando derechos y recortando la ayuda institucional", denuncia la directora del Imex, Josefa Caraballo, que considera que los objetivos del convenio vigente "están cumplidos".

El vuelo, según el delegado del pueblo saharaui en Extremadura, Abdu Mohamed, es una muestra más del "sentimiento de afecto que tiene el pueblo extremeño hacia la causa saharaui". No en vano, en la región hay cuatro mujeres residiendo, además de treinta niños saharauis que reciben tratamiento médico durante todo el año.