"Las tierras de regadío en esta zona de las vegas del río Tiétar no solo no se han revalorizado, sino que antes valían entre 24.000 y 30.000 euros y hoy no hay quien las quiera", asegura Juan Chapinal Berrendo que cultiva 36.000 kilos de tabaco rubio en una finca que explota en callidad de arrendatario en la conocida como Vega de Jaraíz.

Chapinal explica que hace unos años lo que se pagaba realmente era el tabaco, "pero si este último deja de existir, en el futuro no tendremos nada".

Ni siquiera confía en las alternativas a este cultivo para incentivar los precios del suelo del campo. "No hay opciones posibles. La cereza pegaría, pero nos cargaríamos el mercado de la producción que se da en las sierras de La Vera y del Valle del Jerte", explica. Y además, desconfía de otro tipo de explotaciones, como la plantación masiva de chopos: "A lo mejor daría resultados positivos, pero es un cultivo para grandes parcelas y grandes terratenientes, porque con ocho o diez hectáreas, si tiene que esperar más de una década para sacar dinero de la producción, no te queda nada para vivir".